El Gobierno cubano ha puesto en marcha la discusión de un nuevo anteproyecto del Código del Trabajo, que introduce ciertas novedades como el teletrabajo, la reducción del servicio social obligatorio y el reconocimiento del derecho a la desconexión digital. Sin embargo, el texto sigue dejando fuera una de las principales demandas laborales: el derecho a la huelga.
El proceso de consulta comenzó este lunes y se extenderá hasta el 30 de noviembre. No será vinculante y se llevará a cabo en reuniones encabezadas por ponentes designados, con participación obligatoria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), único sindicato legal y subordinado al Partido Comunista. Tras esta etapa, el documento pasará al Comité Central del PCC y, finalmente, a la Asamblea Nacional.
Por primera vez se plantea la obligatoriedad de un seguro de desempleo para trabajadores del sector no estatal, incluidos los empleados de las más de 10.000 mipymes creadas tras la reforma de 2021. La norma establece que los empleadores deberán contratar y pagar este seguro, aunque no precisa detalles sobre las prestaciones, duración o la entidad que lo gestionará.
El código abre la posibilidad de realizar teletrabajo, incluso desde el extranjero, siempre que se acuerden las condiciones en el contrato. Se contemplan aspectos como la cobertura de gastos, mecanismos de control y la reversibilidad de la modalidad. Además, se plantea como herramienta para facilitar la conciliación familiar de quienes tienen personas dependientes a su cargo.
Otra de las novedades es el derecho a la desconexión digital, es decir, no ser contactado fuera de la jornada laboral, en días de descanso o festivos. Esta medida también aplica a quienes trabajen de forma remota.
El anteproyecto además refuerza el concepto de “empleo digno”, con énfasis en la igualdad salarial y la protección frente al acoso. Sin embargo, se trata de un principio rector y no de un derecho exigible. Los salarios no estarán vinculados a la inflación ni a revisiones periódicas, y el salario mínimo seguirá siendo fijado de manera centralizada por el Consejo de Ministros.
El servicio social obligatorio para los recién graduados se reduce de tres a dos años, y podrá cumplirse también en el sector no estatal. Se incorporan principios como la corresponsabilidad familiar, que amplía prestaciones de maternidad al padre y otros familiares, la no discriminación de género y la regulación del pluriempleo, con un límite de 13 horas de trabajo diario.
A pesar de los avances parciales, el proyecto mantiene fuertes limitaciones a la libertad sindical y no reconoce la huelga como herramienta de defensa laboral. La CTC sigue siendo la única vía de representación reconocida, lo que restringe de manera significativa la capacidad de los trabajadores para negociar colectivamente o reclamar derechos.
Con estas omisiones, el nuevo Código del Trabajo aparece como una modernización parcial, pero sin cambios estructurales que garanticen derechos plenos y autonomía real a los trabajadores cubanos.
Fuente: EFE
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