El presidente Donald Trump fue sometido recientemente a su examen físico anual, cuyos resultados, según el informe oficial del médico de la Casa Blanca, lo califican como un hombre en “excelente salud”, con funciones cardíacas, pulmonares, neurológicas y físicas dentro de parámetros normales.
El reporte, firmado por el doctor Sean Barbabella, describe que Trump mantiene un estilo de vida activo que contribuye positivamente a su estado general. Entre otras observaciones, el médico mencionó que el mandatario participa frecuentemente en eventos públicos, encuentros con la prensa y prácticas deportivas, especialmente el golf, lo que mantiene su condición física “robusta”.
Además del examen físico estándar, se realizaron pruebas de laboratorio, diagnósticos por imagen y consultas con más de una decena de especialistas. Una de las observaciones más destacadas fue la presencia de cicatrices en su oído derecho, producto del atentado que sufrió durante un acto de campaña en Pensilvania el verano pasado, aunque se aclara que no existe afectación funcional como consecuencia de ello.
En cuanto a los indicadores clínicos, la presión arterial de Trump fue de 128/74, ligeramente elevada pero aún dentro del margen aceptable. Los resultados de los análisis de sangre mostraron valores normales en funciones hepáticas, renales, tiroideas y niveles de glucosa. Su colesterol, según el informe, está controlado con medicación.
También se llevó a cabo un examen neurológico completo, cuyos resultados no revelaron signos de deterioro cognitivo. El presidente ha hecho referencia en el pasado a este tipo de pruebas, destacando su capacidad para recordar y repetir secuencias como parte del test.
En el aspecto dermatológico, se detectaron leves daños solares y algunas lesiones benignas comunes en personas de su edad. Estas no representan un riesgo para su salud, según el informe.
Uno de los datos que más ha llamado la atención es que Trump habría perdido cerca de 20 libras desde su último chequeo oficial en 2020, situándose ahora en las 224 libras. Su índice de masa corporal se calcula en 28, lo que lo mantiene dentro de la categoría de sobrepeso, aunque se considera una mejora respecto a años anteriores.
El tratamiento médico del presidente incluye medicamentos para el colesterol, una dosis diaria de aspirina para la salud cardiovascular y una crema esteroide para el cuidado de la piel, usada ocasionalmente.
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