Al menos 18 estudiantes y graduados recientes de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) han visto revocado su estatus migratorio en las últimas semanas, según confirmó la propia institución. La noticia ha generado alarma dentro de la comunidad estudiantil y entre defensores de los derechos de los inmigrantes.
Entre el 25 de marzo y el 10 de abril, las visas F-1 de estos estudiantes, que permiten a extranjeros vivir y estudiar en Estados Unidos, fueron canceladas repentinamente. De los afectados, 11 eran alumnos activos y 7 recién graduados que participaban en un programa de entrenamiento práctico, el cual les permite trabajar legalmente por un año después de completar sus estudios.
FIU aseguró estar en contacto con los estudiantes afectados y dijo que ha puesto a su disposición recursos legales para enfrentar esta difícil situación. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que la revocación de este tipo de visas puede conllevar la expulsión del país y la interrupción abrupta de sus planes académicos y profesionales.
Aunque las razones específicas de la cancelación no se han hecho públicas, el contexto político y migratorio actual ha influido claramente en la decisión. En paralelo, FIU confirmó que ha firmado un acuerdo de cooperación con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), conocido como el programa 287(g), a través del cual la policía universitaria podrá colaborar directamente con las autoridades federales en asuntos migratorios.
“El Departamento de Policía de FIU ha suscrito este acuerdo siguiendo la directiva del gobernador Ron DeSantis a las agencias del orden”, declaró Dianne Fernández, portavoz de la universidad.
Este acuerdo permite que los oficiales del campus sean entrenados por ICE para interrogar, detener e incluso retener a personas sospechosas de estar en situación migratoria irregular, lo que ha generado críticas por parte de activistas y defensores de los derechos de los estudiantes internacionales.
El abogado de inmigración Alex Gálvez advirtió que estas acciones pueden tener consecuencias devastadoras para quienes han venido a Estados Unidos a estudiar de forma legal. “La pérdida del estatus F-1 no solo implica abandonar el país, también puede afectar futuras solicitudes de visa”, explicó.
El activista Thomas Kennedy expresó su preocupación por el ambiente que esta política puede generar en los recintos universitarios. “Esto envía un mensaje de temor y exclusión a jóvenes que solo buscan formarse y aportar a la sociedad”, afirmó.
La presidenta actual de FIU, Jeanette Núñez —ex vicegobernadora de Florida— ha declarado anteriormente que las universidades estatales deben priorizar el acceso de los residentes legales de Florida, lo cual algunos interpretan como parte del endurecimiento de políticas hacia estudiantes internacionales.
Hasta el momento, más de 700 estudiantes en todo el país han experimentado cambios en su estatus migratorio, reflejo de un giro más severo en la política de visas estudiantiles en Estados Unidos.
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