En un giro inusual dentro del discurso oficialista, tres sociólogos alineados con el régimen cubano han reconocido abiertamente la existencia de una “policrisis” en el país, caracterizada por la intersección de múltiples factores críticos: desigualdad extrema, colapso de los servicios públicos, y una oleada migratoria sin precedentes.
El reconocimiento se dio en una entrevista con la agencia EFE, donde los académicos expusieron cómo estas crisis interrelacionadas han transformado profundamente la estructura social de la isla.
“La desigualdad es hoy el rostro visible de la policrisis cubana”, afirma Enrique Gómez Cabezas, coordinador del Grupo de Política Social y Desigualdades del CIPS. El país, que alguna vez presumió de un igualitarismo estructural, enfrenta hoy una brecha creciente entre quienes acceden al sector privado y los que sobreviven con salarios estatales. El coeficiente de Gini, indicador global de desigualdad, ha pasado de 0.25 en 1989 a cifras alarmantes entre 0.4 y 0.5 en la actualidad, equiparando a Cuba con otros países latinoamericanos tradicionalmente desiguales.
La situación se agudiza con apagones de hasta 20 horas diarias, escasez crónica de alimentos y medicinas, y el colapso del transporte público. Estos elementos no sólo desgastan el tejido económico, sino que convierten la vida cotidiana en una sucesión de carencias. “La crisis no afecta a todos por igual: quienes tienen conexiones o divisas acceden a más recursos, mientras otros quedan marginados”, advierte Mirlena Rojas Piedrahita, coordinadora de la Red de Estudios Sociológicos del Trabajo.
A este escenario se suma la migración masiva, vista ahora como una “salida natural” del deterioro generalizado. Con más del 14 % de la población fuera del país en apenas cuatro años, la emigración se ha convertido en una estrategia de supervivencia. Pero incluso este escape no es igual para todos: “La migración tiene color”, señala Rojas, aludiendo a las barreras económicas y raciales que impiden a muchos, especialmente afrocubanos, acceder a esta opción.
Los sociólogos concluyen que las políticas actuales ya no bastan y demandan reformas urgentes con enfoque en la equidad, pues de no actuar, la fragmentación social seguirá profundizándose.