Un reportaje de la agencia Associated Press (AP) reveló un supuesto intento de un agente federal estadounidense de reclutar al piloto personal del presidente venezolano Nicolás Maduro para que colaborara en su captura. La operación, descrita por funcionarios estadounidenses y fuentes cercanas a la oposición venezolana, terminó sin éxito, pero deja al descubierto una de las maniobras más arriesgadas y secretas contra el mandatario chavista en los últimos años.
Según la investigación, el agente Edwin López, exmiembro del Ejército de Estados Unidos y oficial de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), habría contactado en 2024 al piloto identificado como coronel Villegas, quien desde hace años transporta a Maduro en sus viajes internacionales. A cambio de su cooperación, López le habría ofrecido una recompensa millonaria y garantías de seguridad si desviaba el avión presidencial hacia un punto donde las autoridades estadounidenses pudieran interceptarlo.
La información, que AP verificó a través de mensajes encriptados y entrevistas con tres funcionarios norteamericanos —activos y retirados—, se remonta a una reunión en la embajada de Estados Unidos en República Dominicana, en abril de 2024. Un informante se había presentado con datos sobre los aviones de Maduro, que se encontraban en ese momento en el país caribeño para reparaciones.
López, intrigado por el posible valor de esa información, consiguió autorización para interrogar a los pilotos. Durante un encuentro informal, se ganó la confianza de Villegas, un militar de trayectoria respetada dentro de la Fuerza Aérea Venezolana. Luego de una charla sobre aviación y su experiencia con Chávez y Maduro, el agente le hizo la arriesgada propuesta: colaborar con Washington para entregar al presidente venezolano en un territorio seguro, que podría ser República Dominicana, Puerto Rico o la base de Guantánamo.
Aunque el piloto escuchó la oferta, no aceptó ni la rechazó abiertamente. Antes de marcharse, le entregó a López su número personal, lo que el agente interpretó como una posible señal de apertura.
Durante los siguientes 16 meses, incluso después de jubilarse del servicio activo, López continuó comunicándose con el piloto mediante aplicaciones encriptadas. En un mensaje enviado el 7 de agosto de 2025, le recordó que el Departamento de Justicia había aumentado la recompensa por información que condujera a la captura de Maduro a 50 millones de dólares.
Sin embargo, el plan nunca avanzó. En septiembre de 2024, el gobierno estadounidense logró incautar uno de los aviones presidenciales venezolanos en República Dominicana, alegando violación de sanciones internacionales. El otro fue decomisado meses después durante la primera gira diplomática del secretario de Estado Marco Rubio, quien elogió la operación de inteligencia que había permitido el decomiso.
Pese a su retiro, López persistió en su objetivo. De acuerdo con un miembro de la oposición venezolana exiliado en Miami, el exagente “sentía que tenía una misión pendiente” y estaba obsesionado con lograr la caída de Maduro. Para algunos líderes opositores, su dedicación lo convertía en “más valioso que muchos de los principales adversarios políticos del régimen dentro de Venezuela”.
El punto de quiebre llegó en septiembre de 2025, cuando López intentó nuevamente contactar a Villegas. Según AP, el piloto respondió de manera hostil, llamando “cobarde” al exagente y cortando todo vínculo.
A partir de entonces, el entorno opositor decidió intentar “sacudir” a Maduro difundiendo información que insinuaba una posible traición dentro de su círculo más cercano. El 18 de septiembre, el exfuncionario estadounidense Marshall Billingslea, aliado de la oposición, publicó en la red X (antes Twitter) un mensaje irónico de cumpleaños para Villegas, acompañado de fotos del piloto y de símbolos de la Fuerza Aérea Venezolana.
La publicación, que se viralizó rápidamente y alcanzó más de tres millones de visualizaciones, coincidió con un movimiento inusual: uno de los aviones presidenciales de Maduro, que había despegado de Caracas, regresó repentinamente al aeropuerto minutos después.
Durante días, nada se supo del piloto. Las redes venezolanas se llenaron de rumores sobre su posible arresto o interrogatorio. Finalmente, el 24 de septiembre, Villegas reapareció en televisión nacional junto al poderoso dirigente chavista Diosdado Cabello, quien se burló públicamente de los rumores y elogió la “lealtad inquebrantable” del coronel, presentándolo como un patriota fiel a la revolución bolivariana.
Cabello aseguró que “ningún intento extranjero podrá comprar la conciencia de nuestros soldados”, mientras el piloto, vestido con su uniforme de vuelo, levantaba el puño en silencio, símbolo de obediencia al régimen.
El episodio dejó en evidencia las tensiones entre Washington y Caracas, así como las dificultades que enfrenta Estados Unidos en su intento de capturar a Maduro, sobre quien pesa una acusación formal de narcoterrorismo. Aunque el plan de López nunca se concretó, la filtración de su existencia marca un nuevo capítulo en la larga confrontación entre ambos gobiernos.