Daniela Muñoz, la única hija del fallecido reguetonero cubano Daniel Muñoz, conocido artísticamente como El Dany, celebró este lunes su noveno cumpleaños con una reunión íntima en Corea del Sur, donde reside temporalmente junto a su madre, la influencer Iraisel Pintueles, y su padrastro, el voleibolista profesional Leo Leyva.
En redes sociales, Iraisel compartió tiernas imágenes del festejo, en las que se aprecian globos, un pastel y la alegría de una pequeña rodeada de amor. Aunque lejos de Cuba, la familia rindió homenaje a la memoria del artista, cuya ausencia sigue siendo profundamente sentida por sus seguidores y seres queridos.
“Daniela, hoy celebro tu aniversario, mi vida, mi luz, mi hija amada. Cada año que pasa, tu presencia se siente más fuerte, más sabia, más llena de amor. Contigo aprendí que, si ERES, siempre ESTARÁS”, escribió Iraisel en un mensaje cargado de emoción que conmovió a miles de usuarios.
En otro fragmento, la influencer dedicó a su hija unas palabras que muchos interpretaron como una reflexión sobre el camino de fortaleza y amor que ambas han recorrido desde la partida de El Dany: “Recuerda que tú eres una reina, no por nacimiento, sino por conquista, porque tu amor, tu esencia y tu luz siguen guiando cada uno de mis días”.
La publicación culminó con un mensaje que unió el recuerdo y la esperanza: “Por siempre mamá estará para ti, mi tesoro, desde la tierra. Y tu papá desde el cielo. Unidos desde el alma por un vínculo inquebrantable que nos ha sostenido y acompañado desde mucho antes: antes de cualquier principio y final”.
El Dany falleció en julio de 2020, a los 31 años, víctima de un infarto, una noticia que conmocionó a Cuba y al mundo de la música urbana. Junto a Yomil Hidalgo, formó el dúo Yomil y El Dany, pionero del “traptón”, una fusión entre trap y reguetón que marcó un antes y un después en la sonoridad cubana contemporánea.
Cinco años después de su partida, el legado del artista sigue vivo: en su música, en los recuerdos de una generación que lo admiró y, sobre todo, en la sonrisa de su hija, que crece entre el cariño, la fortaleza y la memoria.
Desde el otro lado del mundo, la pequeña Daniela sopló las velas con la ternura de quien lleva en el corazón la herencia de su padre. Y aunque el escenario haya cambiado, el amor que la rodea demuestra que la luz de El Dany sigue brillando —en cada nota, en cada palabra y en cada latido de quienes nunca lo olvidan—.
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