El Ejército de Estados Unidos atacó cuatro lanchas vinculadas al narcotráfico, operación que dejó saldo de catorce fallecidos. El ataque tuvo lugar en aguas internacionales del océano Pacífico, frente a las costas de Colombia. La operación, ordenada directamente por el presidente Donald Trump, marca una nueva fase en la estrategia militar estadounidense contra lo que la administración denomina “organizaciones narcoterroristas”.
El secretario de Guerra Pete Hegseth confirmó a través de la red social X que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo “tres ataques cinéticos letales” contra las embarcaciones sospechosas, las cuales, según los servicios de inteligencia, transitaban por rutas conocidas del tráfico de drogas y transportaban narcóticos.
De acuerdo con el informe oficial, ocho presuntos traficantes se encontraban a bordo durante el primer ataque, cuatro en el segundo y tres en el tercero. En total, murieron catorce personas y solo una logró sobrevivir. “Todos los ataques se realizaron en aguas internacionales y sin bajas estadounidenses”, precisó Hegseth, quien destacó que el Comando Sur (Southcom) activó de inmediato los protocolos de rescate para el único superviviente.
Las autoridades mexicanas asumieron la coordinación del rescate, según confirmó el propio Pentágono. Hegseth defendió la acción y calificó a los sospechosos de “narcoterroristas que han matado a más estadounidenses que Al-Qaeda”, advirtiendo que “serán tratados de la misma manera”.
Esta operación es el undécimo golpe letal reportado por Washington contra embarcaciones sospechosas de traficar drogas desde el inicio de la ofensiva de Trump, primero en el Caribe y ahora extendida al Pacífico.
En total, cerca de sesenta personas han fallecido en estas acciones, lo que refleja el tono agresivo de la política antidroga estadounidense bajo el actual Gobierno.
El ataque se produce en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y varios países de la región, especialmente Venezuela y Colombia, cuyos gobiernos han sido señalados por Trump de “promover el narcotráfico y proteger a las mafias del Caribe”.
Hace apenas dos meses, el Pentágono lanzó uno de los mayores despliegues militares en el Caribe de los últimos años, reforzado la semana pasada con la incorporación del portaaviones USS Gerald Ford, el más moderno de la flota estadounidense.
Con este nuevo episodio, Washington reafirma su compromiso de combatir el narcotráfico mediante la fuerza militar, un enfoque que genera preocupación entre analistas y defensores de derechos humanos por la falta de transparencia sobre las víctimas y la jurisdicción de estas operaciones.
Fuente: EFE