El operativo policial en Uruguay que le salvó la vida a dos emigrantes cubanos y dos venezolanos, develó un entramado mucho mayor de trata de personas.
Tras el hecho, las autoridades locales, informaron a las víctimas que podían obtener la calidad de refugiados.
El martes de la semana anterior “un grupo de efectivos se trasladó al barrio La Pedrera y logró liberar a cuatro personas: una menor y una mayor, ambas de nacionalidad venezolana y dos mayores de origen cubano. Se encontraban retenidos en una pieza, trancados, sin acceso a alimentos", detalló el diario El País sobre un informe de la Jefatura de la policía.
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La operación denominada "Zunzún", permitió a la policía de la ciudad de Rivera, detener a un hombre de 63 años y una mujer de 55, acusados de engañar y retener a personas extranjeras.
Luego de conocerse el resultado del operativo, otro grupo de víctimas comenzaron a alertar a las autoridades sobre otra casa donde normalmente retenían a más personas. Además se supo que a los emigrantes, la red les proponía el ingreso ilegal al país por un costo de 500 a 1500 dólares y también los ponía en contacto con una falsa ONG, donde presuntamente les darían refugio pero eran apresados y obligados a pagar renta bajo amenazas.
“Los co-imputados integran un grupo criminal organizado que busca el lucro económico a partir del comercio con seres humanos… en extrema vulnerabilidad social que eran sometidos a diferentes actividades que menoscaban su dignidad humana” recalcó la fiscal del caso Stella Alciaturi.