La Ciudad de México vivió momentos de terror el miércoles cuando un camión cisterna que transportaba más de 49.500 litros de gas licuado de petróleo volcó y explotó en una vía principal, causando la muerte de al menos nueve personas y dejando heridas a otras 94, muchas con quemaduras de segundo y tercer grado.
El siniestro provocó una escena desgarradora: vehículos envueltos en llamas, sobrevivientes tambaleándose con la ropa quemada y socorristas luchando contra el tiempo para rescatar a los afectados. La onda expansiva alcanzó a 32 automóviles cercanos, aumentando la magnitud del desastre.
La Fiscalía de la Ciudad de México inició la investigación y maneja dos líneas principales. La fiscal Bertha Alcalde indicó que es probable que el conductor incurriera en exceso de velocidad, aunque aún se indagan otras posibles causas. Por el momento, el chofer se encuentra hospitalizado en estado grave.
La tragedia reaviva la preocupación sobre la seguridad del transporte de gas en México, donde miles de camiones circulan diariamente para abastecer hogares y negocios. Reguladores advirtieron que el camión involucrado no contaba con un seguro actualizado, aunque la empresa Transportadora Silza aseguró que posee tres pólizas vigentes y está dispuesta a asumir la responsabilidad por los daños y las víctimas.
Tras el accidente, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que se “fortalecerán” las medidas de seguridad en el transporte de combustibles. La alcaldesa Clara Brugada explicó que se implementarán mejores condiciones para la circulación de estos vehículos y evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir.
Entre los heridos se encuentran niños, incluyendo un bebé y un niño de dos años. Beatriz Aguilar, madre de un adolescente de 15 años, relató que su hijo sufrió quemaduras en rostro y cuello mientras regresaba de la escuela. “Estoy esperando que entre al quirófano, pero le tienen que quitar primero la ropa que aún trae pegada. Es un caos, hay mucha gente”, dijo angustiada.
La solidaridad vecinal se hizo presente: residentes de la zona, afectados por la explosión, organizaron repartos de comida y agua para los familiares de las víctimas. Pilar Domínguez, vecina del lugar, relató cómo sintió el suelo temblar y vio a decenas de personas corriendo mientras intentaba proteger a su hija de nueve años. “Venía gente llorando, gritando, huyendo”, comentó.
Este accidente no es el primero relacionado con transporte de gas en México. En 2020, un doble remolque volcó en Nayarit y causó 13 muertos; en 2015, una fuga en un camión de propano provocó la muerte de cinco personas en un hospital de maternidad de la Ciudad de México.
Actualmente permanecen hospitalizadas 67 personas, 22 de ellas en estado crítico, muchas con quemaduras en gran parte de sus cuerpos. Las autoridades insisten en que la prioridad es atender a los afectados y revisar los protocolos de seguridad en todo el país para prevenir futuras tragedias.
Fuente: AP