La captura de Arisbel Cabeza Reyes, señalado como responsable de una cadena de violentos homicidios en la provincia de Artemisa, ha puesto fin a una persecución que mantenía en vilo a los residentes de varias localidades.
El individuo, prófugo de la cárcel conocida como La Ceiba, había escapado semanas atrás y desde entonces se le vinculaba con varios hechos sangrientos, entre ellos el doble asesinato de un padre y su hijo en una finca de Las Terrazas, así como el crimen de su expareja en un apartamento de la zona urbana.
La tensión se multiplicó cuando se conoció que también planeaba atentar contra la madre de sus hijos, lo que sembró pánico en comunidades rurales y urbanas que reportaron su posible presencia.
La jornada final de su fuga ocurrió en Valdéz, Bahía Honda, donde fue finalmente localizado por las fuerzas del orden.
Según testigos, al verse acorralado, intentó quitarse la vida disparándose en la cabeza con una escopeta.
Sin embargo, sobrevivió al intento y fue reducido en estado crítico.
Primero fue trasladado de urgencia al hospital de Bahía Honda, luego remitido al centro médico de San Cristóbal y finalmente ingresado en el Hospital Calixto García de La Habana, donde permanece bajo estricta vigilancia.
Su estado es descrito como grave, pero con signos vitales estables, lo que mantiene abierta la posibilidad de que enfrente un proceso judicial.
En las afueras de los hospitales donde fue atendido se registraron concentraciones espontáneas de vecinos exigiendo justicia por los crímenes cometidos.
Aunque intentaron filmar el momento de la llegada del detenido, la policía impidió las grabaciones.
El ambiente en San Cristóbal fue especialmente tenso, dado que las víctimas eran conocidas y queridas en la comunidad.
El historial de Cabeza Reyes deja tras de sí una estela de horror: la muerte causada a un padre y un hijo en Las Terrazas, el asesinato de su expareja y un plan fallido contra otra mujer de su entorno familiar.
Por ahora, las autoridades investigan si existe relación con otros posibles hechos no esclarecidos.
La noticia de su captura y hospitalización pone un cierre provisional a una semana de angustia en Artemisa, aunque para muchos ciudadanos lo ocurrido es un recordatorio de la impunidad con la que, en ocasiones, se mueven individuos extremadamente peligrosos frente a un sistema que, paradójicamente, suele reservar sus condenas más duras para voces opositoras y no para criminales de sangre fría.