Tras días de reclamos, denuncias en redes sociales y un video desgarrador de una madre pidiendo agua “aunque fuera para beber”, el gobierno local de Holguín finalmente cedió ante la presión popular y envió una caravana de ayuda desde el municipio de Moa hacia Sagua de Tánamo, una de las zonas más afectadas por el paso del huracán Melissa y por la inacción de las autoridades.
La falta de agua potable, agravada por el colapso de las redes hidráulicas tras el ciclón, desató el descontento de los sagüeros, quienes denunciaron públicamente que llevaban días sin acceso a un recurso básico. En los videos difundidos en redes sociales, se podía escuchar la voz desesperada de una madre que imploraba asistencia: “No tenemos agua ni para tomar, nuestros hijos están pasando sed”.
Las imágenes, ampliamente compartidas, provocaron indignación dentro y fuera de la provincia. La indignación popular contrastó con la falta de respuesta del Consejo de Defensa Municipal, que durante días mantuvo silencio pese a las quejas crecientes. Solo después de la presión ciudadana, las autoridades reaccionaron, anunciando el envío de recursos desde Moa.
La caravana, organizada bajo la supervisión del Consejo de Defensa Municipal de Moa, partió hacia Sagua de Tánamo con alimentos, productos de aseo y dos carros cisternas de agua potable. Según medios locales, entre los productos enviados se incluyen arroz, frijoles, jabón, detergente, pan, dulces y masa de croquetas, además de materiales para la limpieza de zonas todavía cubiertas por el lodo.
La llegada de la caravana fue recibida con un acto oficial encabezado por Joel Queipo Ruiz, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia, junto al gobernador Manuel Francisco Hernández Aguilera y otros dirigentes. Sin embargo, para muchos sagüeros, la presencia de los funcionarios no disimula el hecho de que las autoridades actuaron solo tras el clamor popular.
“Si la gente no hubiera hablado, si no se hubiera hecho viral el video de esa madre, aquí nadie habría movido un dedo”, comentó un residente en redes sociales, reflejando el sentir general de la población. Otros denunciaron que la caravana no resuelve los problemas estructurales de abastecimiento de agua ni la desidia institucional que permitió llegar a este punto crítico.
Lo ocurrido en Sagua de Tánamo evidencia una vez más el papel de las redes sociales y de la denuncia pública como única vía para que las autoridades reaccionen ante las carencias del pueblo. El silencio inicial del gobierno contrastó con la rapidez con que movilizó recursos tras el escándalo, en un intento por calmar el descontento social que crecía en la región.
Mientras los camiones moenses descargaban ayuda bajo la supervisión de dirigentes locales, muchos ciudadanos recordaban que no se trata de un hecho aislado: situaciones similares se repiten en distintos municipios de Cuba, donde el acceso al agua potable se ha vuelto un lujo y las soluciones solo llegan tras la presión pública.
El episodio también se produce en medio de una ola de solidaridad internacional con la isla tras el paso del huracán Melissa. En ese contexto, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado el envío de tres millones de dólares en ayuda humanitaria a Cuba, canalizada a través de la Iglesia Católica, con el fin de garantizar que la asistencia llegue realmente a los más necesitados y no quede bajo el control de las autoridades cubanas.
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