Han pasado más de 90 días desde que Doraiky Águila Vázquez fue vista por última vez en La Habana, y aún no hay ninguna pista clara sobre su paradero. Su caso se ha convertido en un llamado desesperado de su familia y vecinos, quienes claman por apoyo ciudadano y oficial para dar con ella.
Doraiky, residente del barrio de Lawton, desapareció el pasado 15 de marzo de 2025, y desde entonces, el silencio ha sido la única constante. En una ciudad como La Habana, donde las redes comunitarias suelen ser estrechas, que una persona desaparezca por tanto tiempo sin que se obtenga ninguna señal es profundamente alarmante.
Algunas versiones ciudadanas indican que podría haber sufrido un episodio de pérdida de memoria, una posibilidad que, aunque no confirmada, ha generado más incertidumbre y temor entre sus allegados.
Vestía un vestido amarillo con flores rojas o rosadas en la parte inferior cuando fue vista por última vez, caminando, según testigos, por la Calzada de 10 de Octubre. Su familia ha difundido incansablemente su imagen y ha dispuesto varios números de teléfono para recibir información. Cada día que pasa sin noticias se convierte en un peso insoportable para quienes la esperan.
"Este caso no solo duele por la pérdida, sino también por el vacío institucional. ¿Dónde están los recursos para activar una búsqueda profesional? ¿Dónde están las alertas públicas, las investigaciones activas, las imágenes oficiales que deberían haberse difundido masivamente en medios estatales?" Preguntas como estas se repiten a diario entre los vecinos del barrio y en las redes sociales, donde publicaciones como las de Reporte Cuba Ya intentan mantener viva la esperanza y la atención.
Lamentablemente, no es el único caso. Ejemplos similares como los de Gretel Montero en Holguín o Yasmani Fonseca en Artemisa, también desaparecidos sin respuestas, evidencian una preocupante tendencia. Estos casos no pueden ser tratados como episodios aislados. Cada desaparición no atendida con rigor fortalece el miedo colectivo y la desprotección social.
La historia de Doraiky debe movilizar a la ciudadanía, a los medios y a las instituciones. Si bien la solidaridad es importante —y ha sido esencial en este caso— no sustituye la responsabilidad estatal.
Es urgente que Cuba desarrolle protocolos transparentes, públicos y efectivos para la búsqueda de personas desaparecidas. Mientras tanto, se siguen compartiendo imágenes, se repiten los teléfonos, y se eleva un mismo clamor: que Doraiky regrese a casa, viva, sana y pronto.
Si tienes información sobre Doraiky, comunícate de inmediato a cualquiera de estos números:
54236523 (Gustavo)
76994590 (teléfono fijo)
59696001
53179408
76902129
Comparte esta información para que llegue a más personas. Cada día cuenta. ¡Ayudemos a que Doraiky vuelva a casa!
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