El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que no participará en la próxima Cumbre de las Américas, programada para diciembre en República Dominicana, argumentando que “el diálogo no comienza con exclusiones”. Con esta decisión, el mandatario colombiano se coloca una vez más en sintonía con los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua, países que fueron excluidos del evento por decisión del gobierno dominicano.
A través de su cuenta en X, Petro expresó su desacuerdo con la forma en que se organiza la cumbre y aseguró que su prioridad es impulsar la integración regional latinoamericana a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), bloque al que pertenecen precisamente los tres países no invitados.
“Le propuse a los Estados Unidos una reunión CELAC/EE. UU. para estudiar la integración económica de una gran América. No hubo respuesta, y lo que tenemos es una agresión en el Caribe que se había constituido como zona de paz”, escribió el mandatario colombiano.
La Cancillería dominicana había anunciado el pasado 30 de septiembre que Cuba, Venezuela y Nicaragua no serían convocados a la cumbre, lo que desató reacciones inmediatas en la región. El régimen cubano calificó la medida de “claudicación ante presiones unilaterales” de Washington, mientras que el venezolano Diosdado Cabello tildó de “mafioso” al presidente Luis Abinader, afirmando que un encuentro sin Venezuela “no puede llamarse Cumbre de las Américas”.
La decisión de Petro se suma a la de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien también confirmó que no asistirá al evento en solidaridad con las naciones excluidas. Ambos mandatarios han abogado por una política exterior que privilegie los lazos con la CELAC sobre los foros impulsados por Estados Unidos.
En su mensaje, Petro insistió en que América Latina debe avanzar hacia una integración sin subordinaciones, enfocada en proyectos concretos como la cooperación en energías limpias, producción de medicamentos y protección ambiental, especialmente de la Amazonía. Recordó, además, los acuerdos alcanzados en la reciente reunión CELAC-China, donde se trataron temas de inteligencia artificial y desarrollo sostenible, y adelantó que se buscarán alianzas similares con Europa, África y Asia.
Sin embargo, la postura del presidente colombiano ha generado críticas tanto dentro como fuera del país. Analistas consideran que su negativa a asistir a la Cumbre de las Américas aísla diplomáticamente a Colombia de los principales socios comerciales del hemisferio y acerca su política exterior a la de los regímenes autoritarios de La Habana, Caracas y Managua.
Para algunos observadores, la decisión de Petro refleja su visión ideológica antes que un cálculo diplomático. “Se trata de un gesto político hacia sus aliados naturales de izquierda, no de una estrategia de Estado”, opinó un analista en Bogotá.
La Cumbre de las Américas, que se celebrará los días 4 y 5 de diciembre en Punta Cana, busca discutir temas de comercio, migración y seguridad regional.
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