Los hechos ocurridos la noche del 27 de septiembre en la ciudad de Las Tunas, tras el robo en la vivienda del primer secretario del Partido Comunista, Osbel Lorenzo Rodríguez, han provocado una ola de indignación y denuncias públicas por abusos policiales.
De acuerdo con la información publicada por el usuario Nio en su perfil de Facebook, las autoridades, en su afán por dar una respuesta rápida al incidente, detuvieron arbitrariamente a cuatro jóvenes inocentes, quienes fueron golpeados, interrogados y presionados para confesar un delito que no cometieron.
Los jóvenes identificados como Alejandro Velázquez Loras, Omar Domínguez Velázquez (Memo), Leandro Echavarría Pavón y José Carlos Echavarría Pavón fueron arrestados entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de septiembre en el barrio del Marabú, una zona cercana a la línea del tren en Las Tunas.
Testimonios de vecinos y familiares aseguran que Alejandro y Memo se encontraban trabajando en sus oficios habituales de bici-taxi y triciclo, mientras que los hermanos Leandro y José Carlos estaban fuera de la zona por asuntos personales.
Aun así, la policía los relacionó con el robo alegando supuestas imágenes de cámaras de seguridad que nunca fueron mostradas ni confirmadas oficialmente.
Durante los interrogatorios, los jóvenes fueron golpeados, amenazados e incomunicados, según denunciaron sus familias.
Una de las hermanas de los detenidos, Arianna Cabezas, aseguró que los agentes intentaron “fabricar culpables” ante la presión de resolver el caso:
“Mi hermano y los otros muchachos son inocentes. Los detuvieron solo porque necesitaban responsables. Los golpearon, los amenazaron, y todo sin pruebas”, denunció Cabezas.
Tras varios días de detención, los jóvenes fueron liberados al no encontrarse evidencia alguna en su contra, pero siguen bajo investigación y deben presentarse periódicamente ante las autoridades, lo que mantiene a sus familias en constante temor.
Hasta el momento, no se han identificado los verdaderos autores del robo, y las autoridades locales guardan silencio absoluto sobre los abusos cometidos durante la pesquisa.
El caso, denunciado originalmente por Nio, vuelve a poner en evidencia el uso de la represión como herramienta de control y la falta de ética y transparencia del sistema policial cubano, donde la apariencia de eficiencia pesa más que la verdad y la justicia.
“Que la verdad salga a la luz. No más jóvenes inocentes usados como culpables para encubrir la ineficacia del poder”, concluyó Nio en su publicación, que hoy se comparte masivamente en redes sociales como símbolo de resistencia y reclamo de justicia.
¡Otro apagón masivo en La Habana! Déficit eléctrico récord deja a la capital a oscuras
Hace 18 horas