La crítica situación epidemiológica que enfrenta la provincia de Matanzas por el incremento de los casos de dengue y chikungunya ha llevado a las autoridades sanitarias a incorporar a unos 2.500 estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas (UCMM) en las labores de control y prevención de las arbovirosis. La medida, que evidencia la magnitud del problema, busca reforzar el trabajo de pesquisa, fumigación y saneamiento en todos los municipios del territorio.
Según informó Sunay de la Caridad Pérez Borroto, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en la institución, los universitarios están participando activamente en la identificación de pacientes con síntomas febriles, así como en la eliminación de posibles criaderos de mosquitos en viviendas y entornos comunitarios. Estas acciones se desarrollan en coordinación con el Hospital Pediátrico Eliseo Noel Caamaño y con el apoyo de la Dirección Provincial de Salud Pública, en un intento por contener la propagación del virus que ha afectado a cientos de matanceros.
El rector de la UCMM, Arístides L. García Herrera, explicó que la movilización de los estudiantes se enmarca dentro de su formación profesional, en el componente de trabajo comunitario integrado. Sin embargo, en el contexto actual, esta participación adquiere un carácter más urgente debido a la expansión de las arbovirosis en municipios como Cárdenas, Jovellanos y Matanzas, donde los casos han aumentado de manera sostenida.
Durante un programa especial transmitido por TV Yumurí, autoridades del Ministerio de Salud Pública informaron que la provincia dispone de 543 camas destinadas a pacientes con síndrome febril inespecífico, aunque solo el 43% estaban ocupadas hasta este viernes. Aun así, advirtieron que el número de hospitalizaciones podría incrementarse en los próximos días si continúan las lluvias y las condiciones favorables para la proliferación del mosquito Aedes aegypti.
Las autoridades locales insisten en la necesidad de mantener la disciplina higiénica y la vigilancia popular. Sin embargo, entre los ciudadanos persiste la preocupación por la recurrencia de estos brotes y la falta de sostenibilidad en las campañas de control vectorial. La movilización masiva de estudiantes, aunque presentada como un gesto de compromiso social, pone en evidencia la precariedad de recursos humanos y materiales en el sistema de salud cubano, que vuelve a recurrir a los más jóvenes para suplir las carencias estructurales.
En medio de un escenario sanitario cada vez más complejo, Matanzas intenta contener la expansión del dengue y la chikungunya mediante un esfuerzo que combina trabajo voluntario, apoyo intermunicipal y la movilización estudiantil, reflejo de una crisis que supera los límites del sector médico y compromete la salud pública de toda la provincia.
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