Más de la mitad de los cubanos mayores de 15 años no trabaja ni tiene intención de buscar empleo, según revela la Encuesta Nacional de Ocupación (ENO) 2024, publicada por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Este preocupante dato coloca a Cuba como uno de los países con menor participación laboral de América Latina y el Caribe.
En 2024, de más de 8,4 millones de personas, menos de 4,2 millones resultaron económicamente activas, que representa el 49,1 %. Esta cifra contrasta drásticamente con la media regional del 58,9 %, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y refleja una economía nacional cada vez más dependiente de una población envejecida y un mercado informal creciente.
El informe de la ONEI destaca que el 50,1 % de los cubanos en edad laboral está fuera del mercado: jubilados, estudiantes, personas con responsabilidades domésticas o en situación de incapacidad laboral. A esto se suma una tasa de desempleo del 1,6 %, que aunque baja en términos oficiales, resulta poco representativa dada la amplia franja de ciudadanos que directamente han dejado de buscar empleo, por frustración o falta de oportunidades.
El envejecimiento de la población activa es otro factor alarmante. La edad promedio de los trabajadores es de 44,3 años, y el 48,8 % de los ocupados tiene entre 45 y 64 años. Más del 25 % de los habitantes de la isla ya supera los 60 años, lo que convierte a Cuba en uno de los países más envejecidos de la región. Paralelamente, los jóvenes de entre 15 y 34 años representan el 47,3 % de los desempleados, lo que sugiere una falta de integración de nuevas generaciones al mercado laboral.
Este panorama se ve agravado por la emigración masiva de jóvenes en edad productiva, que abandonan el país en busca de mejores condiciones económicas y laborales. Las salidas del país han vaciado sectores clave, como la construcción, el comercio, la educación y la salud.
Además, el crecimiento del trabajo informal añade otra capa de vulnerabilidad. Más de 831 mil personas —el 20,1 % de los ocupados— ejercen su labor sin garantías ni seguridad social, en su mayoría hombres (77,2 %) vinculados al sector no estatal. Cerca del 70 % de ellos trabaja de manera autónoma o para empleadores privados y familias, muchas veces en condiciones precarias.
Otro elemento que incide negativamente en la participación laboral es el bajo poder adquisitivo de los salarios estatales. Entre 2021 y 2024, el salario medio real cayó un 33,5 % ajustado a la inflación, según estimaciones del economista cubano Pedro Monreal, basadas en datos oficiales. En este contexto, muchos ciudadanos ven poco incentivo en incorporarse al mercado formal.
Con una fuerza laboral envejecida, migración creciente y salarios que no cubren las necesidades básicas, Cuba enfrenta una crisis estructural que amenaza la sostenibilidad económica del país en los próximos años.
Fuente: EFE y ANSA
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