Cuba ha recibido oficialmente el primer lote de vehículos todoterreno rusos UAZ modelo Patriot, ensamblados mediante el método de grandes unidades en la planta de automóviles ubicada en la isla.
Esta entrega marca un paso importante en la colaboración industrial entre Cuba y Rusia, fortaleciendo la relación bilateral en medio de un contexto económico complejo.
Según informó una fuente de la Planta de Automóviles de Uliánovsk el 24 de julio, las llaves de varias camionetas Patriot fueron entregadas a un cliente estatal cubano.
Este procedimiento forma parte de una estrategia para perfeccionar los procesos de venta, recepción de pagos y preparación de preventa de vehículos para compradores corporativos.
La fuente agregó que este esquema permitirá en el futuro optimizar las etapas de comercialización y entrega.
El ensamblaje a gran escala de los vehículos UAZ comenzó en Cuba en abril de este año.
Una vez que la planta alcance su plena capacidad operativa, se espera producir hasta 500 unidades al año.
El plan incluye además la intención de realizar entregas a clientes privados en un futuro cercano, aplicando un esquema similar al utilizado para la entrega inicial.
La fabricación local de estos todoterrenos rusos se inserta en un contexto de estrecha cooperación entre Cuba y Rusia, que en los últimos años ha fortalecido sus lazos en áreas estratégicas como la energía, el comercio y la defensa.
En medio de la persistente crisis económica y las dificultades derivadas de la situación internacional, la producción local de vehículos representa una alternativa para mitigar la dependencia del mercado externo y reducir el impacto de las limitaciones en la importación de piezas y automotores completos, dijo la prensa oficial.
El destino principal de estos todoterrenos se orienta al sector estatal cubano, donde se emplearán en áreas que requieren vehículos resistentes y versátiles, como la agricultura, la defensa, la seguridad pública y las tareas en zonas rurales o de difícil acceso.
El diseño robusto de los vehículos UAZ los hace aptos para las condiciones del terreno cubano, que en muchas regiones presenta desafíos como caminos sin pavimentar y acceso complicado.
Pese a las expectativas, algunos sectores privados y usuarios individuales aún enfrentan restricciones para acceder a estos vehículos, dado que la producción inicial está destinada principalmente a entidades estatales.
Sin embargo, la planta ha anunciado que en un futuro próximo se habilitarán entregas a clientes particulares, lo que podría abrir nuevas oportunidades para el mercado automotor cubano.
Esta iniciativa refleja también la intención de diversificar la industria automotriz local, que históricamente ha dependido de importaciones y ensamblajes limitados.
La alianza con Rusia permite no solo la producción de vehículos sino también el desarrollo de capacidades técnicas y la transferencia de conocimientos.
La alianza entre Cuba y Rusia representa para el régimen cubano una vía estratégica para aliviar las presiones económicas derivadas del bloqueo y la crisis interna.
A cambio, Rusia asegura su presencia geopolítica en el Caribe, mientras que Cuba depende cada vez más del apoyo ruso para sostener sectores clave como la energía, el comercio y la defensa.
Esta relación, sin embargo, no garantiza mejoras reales para la mayoría de los cubanos, quienes continúan enfrentando restricciones económicas y falta de acceso a bienes esenciales, como vehículos y combustible, y demás productos básicos, a pesar de las promesas de colaboración bilateral.
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