Un video publicado en TikTok por un cubano identificado como @felixalejandrorod4 ha desatado una ola de reacciones en redes sociales tras mostrar lo que sería su regreso a Cuba desde Estados Unidos con una vivienda moderna y un auto de lujo.
El contenido, que rápidamente se volvió viral, ha generado un intenso debate entre usuarios dentro y fuera de la isla, muchos de los cuales cuestionan el mensaje y el contexto de la publicación.
En el video, que también fue compartido en Facebook por la usuaria Maripili del Pino, se observa un elegante Hyundai Sonata negro con matrícula cubana estacionado frente a una casa de mampostería remodelada, equipada con paneles solares en el techo. El texto que acompaña las imágenes no dejó lugar a la ambigüedad: “Preparen condiciones, cuando los deporten no digan que no les dio tiempo. Vengo del 2023 en Cuba, así que aceleren”.
El mensaje fue interpretado por muchos como una advertencia sarcástica dirigida a otros cubanos en el exterior, en medio del temor latente entre emigrantes por posibles deportaciones desde EE.UU., especialmente de aquellos cuyas solicitudes de asilo político aún no han sido aprobadas.
Las reacciones no se hicieron esperar.
Mientras algunos internautas aplaudieron la iniciativa del joven por “ponerse en talla” y “demostrar que sí se puede”, otros fueron implacables en sus críticas. “Todo el que dice ‘haces bien’ sabe perfectamente bien que en unos años el gobierno de Cuba va a quitarles todo.
Les van a inventar cualquier cargo, y algún dirigente o familiar terminará con ese carro y esa casa”, comentó un usuario visiblemente molesto.
Otro fue más directo: “Dejen el cuento.
Cubita solo es para sentirse mejor que los demás. El que es guapo de verdad lo hace aquí también y los resultados tienen mejores resultados”. Este tipo de comentarios reflejan una creciente frustración entre quienes enfrentan las difíciles condiciones económicas en la isla y ven con escepticismo las imágenes de éxito compartidas en redes sociales.
El fenómeno de cubanos que regresan a la isla tras vivir en el extranjero ha aumentado en los últimos años, motivado en muchos casos por razones familiares, nostalgia o incluso decepción con la vida migrante.
Algunos de estos retornados deciden invertir en propiedades o remodelaciones en Cuba usando los recursos acumulados en otros países. Sin embargo, no son pocos los que advierten sobre los riesgos que eso implica.
Quienes han solicitado asilo político o residencias humanitarias podrían poner en peligro sus procesos migratorios al regresar al país que aseguran haber huido.
Además, el contexto político de Cuba, donde el gobierno mantiene un alto grado de control sobre los bienes y propiedades, hace que muchos teman que cualquier señal de prosperidad termine siendo blanco de confiscaciones, acusaciones arbitrarias o represalias.
Las imágenes de lujo en un país sumido en una profunda crisis económica provocan rechazo en amplios sectores de la sociedad. Para algunos, son una provocación directa, mientras que para otros, una forma de alimentar una narrativa artificial de éxito.
En un escenario de escasez, inflación y deterioro constante de los servicios básicos, mostrar autos modernos y casas reformadas parece más una burla que una inspiración.
Lo que para unos es símbolo de superación, para otros es una bofetada de arrogancia.
Lo cierto es que el regreso de los migrantes cubanos, especialmente los que exhiben signos de riqueza, seguirá siendo un tema candente y divisivo en la conversación pública de la isla y su diáspora.
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