Estados Unidos estaría considerando extender por 60 días más la licencia que permite a la petrolera Chevron operar en Venezuela, según informó la agencia Bloomberg, en un movimiento que podría marcar un nuevo giro en la política de la Administración Trump hacia el régimen de Nicolás Maduro.
La actual licencia, conocida como Licencia General 41B, vence el 27 de mayo. Fue otorgada en marzo por el Departamento del Tesoro y permite operaciones limitadas sin que la petrolera pueda realizar pagos de impuestos, regalías o dividendos al Estado venezolano. Esta extensión formaría parte de una estrategia más amplia en la que Washington busca presionar y, al mismo tiempo, negociar con el régimen chavista temas sensibles como la repatriación de deportados y la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en Caracas.
En ese contexto, el enviado especial de Trump, Richard Grenell, viajó esta semana a Antigua para reunirse con representantes del chavismo, en lo que se presume son conversaciones discretas para mantener abiertos los canales diplomáticos.
La participación de Chevron en la industria petrolera venezolana ha sido significativa. Actualmente, sus operaciones contribuyen con alrededor del 20% de la producción nacional —unos 200.000 barriles diarios— a través de empresas mixtas con la estatal Petróleos de Venezuela (PdVsa). Esta producción ha sido clave para mantener activo un sector que, pese a las sanciones internacionales, sigue siendo el principal motor económico del país.
Aunque el gobierno de Trump había anunciado en un inicio que Chevron debía cesar sus actividades el 3 de abril como parte de un endurecimiento de la presión sobre Maduro, las condiciones políticas han cambiado. La posible prórroga responde también a preocupaciones del sector privado y del mercado energético, que temen un colapso mayor si la producción de Chevron se detiene de golpe.
La noticia provocó un alza en los bonos venezolanos y de PdVsa, reflejo de la expectativa de que, al menos en el corto plazo, se eviten los efectos más agudos de una salida abrupta de la compañía.
Frank Mora, exembajador de EE.UU. ante la OEA durante la administración de Joe Biden, señaló en entrevista con NTN24 que una extensión a la licencia de Chevron podría ser interpretada como una señal clara de que la Casa Blanca está dispuesta a explorar vías diplomáticas con Maduro. “Esto indica que Estados Unidos busca preservar un canal de influencia en Venezuela, sin levantar las sanciones por completo, pero apostando a un enfoque más pragmático”, dijo.
Por su parte, Maduro ha asegurado que Venezuela continuará produciendo petróleo con o sin Chevron, aunque reconoció la importancia de mantener la producción en los bloques operados en conjunto con la empresa estadounidense. “A quien le hacen daño es a Chevron, no a Venezuela”, afirmó en su programa de televisión.
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