Juan Espinosa, conocido popularmente como “Carlitos el productor” por su participación en el programa de farándula “El Gordo y La Flaca”, protagonizó un lamentable episodio el pasado domingo 18 de mayo al ser arrestado en Florida. El comediante cubano fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol mientras transportaba en el vehículo a su esposa y a sus dos hijos pequeños, un hecho que ha despertado preocupación y críticas tanto en su audiencia como en la comunidad cubana en el exilio.
Los hechos ocurrieron cerca de las 2:20 a. m., cuando el oficial Thomas Jenkinson, del Departamento del Sheriff del Condado de Brevard (BCSO), detuvo el Chevrolet Equinox que conducía Espinosa. Según el informe policial, el agente detectó un intenso olor a alcohol al acercarse al vehículo. Dentro del automóvil viajaban también su esposa y sus hijos de 1 y 8 años, quienes estaban dormidos en la parte trasera al momento de la intervención.
Más allá del hecho de conducir en estado de ebriedad, lo que ha generado mayor indignación entre las autoridades ha sido la presencia de los menores en el coche. Desde el BCSO se emitió un comunicado condenando la conducta, resaltando que este tipo de decisiones irresponsables ponen en peligro no solo la vida del conductor, sino también la de su familia y otras personas en la vía pública. El sheriff Wayne Ivey recalcó que, aunque no pueden evitar que algunas personas sigan combinando el alcohol con la conducción, su equipo no dejará de intervenir con firmeza ante tales actos.
Espinosa se negó a someterse a las pruebas de alcoholemia requeridas, una decisión que no impidió que fuese trasladado al centro de detención “Ivey’s Iron Bar Lodge”. Allí quedó formalmente arrestado bajo cargos por conducción bajo influencia (DUI, por sus siglas en inglés) y por negligencia infantil, aunque se aclaró que los niños no sufrieron daños físicos.
El término DUI es habitual en el ámbito legal estadounidense y hace referencia a manejar bajo la influencia de sustancias, especialmente alcohol. Rechazar someterse a una prueba de alcoholemia puede acarrear consecuencias legales significativas, equiparables a un resultado positivo, sobre todo cuando hay menores involucrados, como fue el caso de Espinosa.
Este episodio ha sacudido a quienes han seguido la carrera del comediante, cuya vida ha sido sinónimo de lucha y superación. Espinosa padece acromioplastia, una condición ósea que detuvo su desarrollo físico a los 10 años. A lo largo de los años, ha compartido abiertamente su experiencia con el bullying y cómo la televisión le permitió sanar heridas y conectar con el público desde el humor.
En una emotiva entrevista con Tanya Charry para “El Gordo y La Flaca”, Carlitos resumió su filosofía con una frase que resonó entre sus seguidores: “No quiero que se rían de mí, quiero que se rían conmigo”. Con más de 20 años formando parte del programa, su historia ha sido inspiración para muchos. Este incidente, sin embargo, marca un punto crítico en su trayectoria, dejando interrogantes sobre su futuro personal y profesional.
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