La vida de Daelmis Nodarse Álvarez, una madre cubana de tres hijas menores, cambió drásticamente cuando fue diagnosticada con cáncer mientras se encontraba varada en México, a la espera de una visa humanitaria que le permitiera reunirse con su esposo en Estados Unidos y recibir tratamiento médico urgente.
Daelmis, de 37 años, viajó junto a sus hijas de 6, 9 y 14 años con la esperanza de cruzar legalmente a Estados Unidos mediante una cita en el sistema CBP One. Su cita estaba programada para el 20 de enero, pero tras cambios en la política migratoria, el programa fue suspendido, dejándolas atrapadas en la frontera mexicana sin opciones legales claras.
El diagnóstico médico —carcinoma en el brazo— llegó cuando la familia ya enfrentaba condiciones precarias. Sin acceso a tratamiento adecuado, sin papeles legales en México y con la responsabilidad de cuidar a sus hijas, la situación de Daelmis es crítica. “No sé qué puede pasar mañana. Es una incertidumbre constante”, declaró en entrevista con Univisión Noticias.
Su esposo, Joel Pérez, reside en Miami desde hace cuatro años. Salió de Cuba tras sufrir represalias por sus opiniones políticas y desde entonces no ha podido reencontrarse con su familia. “Hace cinco años que no abrazo a mis hijas. Las veo por videollamada, pero eso no es suficiente. Ellas necesitan a su padre, y mi esposa necesita atención médica para sobrevivir”, dijo con desesperación.
La familia apostó todo a una cita del CBP One, vendiendo sus pertenencias en Cuba y emprendiendo una travesía llena de riesgos. Hoy, atrapados en México, viven en condiciones inestables, sin acceso a escolarización regular ni servicios básicos. El sistema de salud mexicano resulta inaccesible para una madre migrante sin documentos y en situación de vulnerabilidad.
Joel ha pedido a las autoridades estadounidenses que permitan la entrada de su esposa por razones humanitarias. “No estoy pidiendo ayuda económica, solo la oportunidad de salvar a mi esposa. Yo cubriré todos los gastos”, aseguró. Pero hasta el momento, su petición no ha sido respondida.
El retorno a Cuba no es una opción para la familia. “Volver a la isla, en nuestro caso, significaría persecución o cárcel”, afirmó Joel. Para ellos, la única salida es cruzar legalmente a EE.UU., donde podrían encontrar no solo tratamiento, sino también estabilidad y seguridad.
La historia de Daelmis no es única. Forma parte de un drama migratorio que afecta a cientos de cubanos que, tras huir de la crisis económica y la represión política, han quedado atrapados en un limbo legal en la frontera sur. Muchos, como ella, enfrentan enfermedades graves sin acceso a atención médica ni apoyo institucional.
Fuente: Univisión Miami
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