El opositor cubano José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), ha iniciado una huelga de hambre en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba, donde cumple una condena impuesta en 2020 tras un proceso considerado arbitrario por organizaciones internacionales.
La decisión de adelantar la protesta, originalmente prevista para el 1 de julio, fue motivada por las condiciones inhumanas que enfrenta y las agresiones físicas recientes perpetradas por delincuentes enviados por las autoridades penitenciarias. La denuncia fue hecha pública por su hermana, la activista Ana Belkis Ferrer, quien reportó que Ferrer ha sido "brutalmente golpeado en dos ocasiones", en un intento evidente del régimen cubano de silenciar su voz.
"José Daniel Ferrer es víctima de una maquinaria de represión que no solo persigue acallar su activismo, sino quebrar su cuerpo y espíritu por medio de la violencia sistemática y el aislamiento prolongado."
Desde su detención más reciente, el 29 de abril de 2025, Ferrer ha sido mantenido en condiciones extremas: sin acceso a atención médica adecuada, expuesto a alimentos en mal estado y a agua contaminada, situación que ha provocado enfermedades entre los reclusos. A todo esto se suma la falta de visitas regulares, el confinamiento solitario y las amenazas constantes.
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. El Parlamento Europeo ha exigido su liberación inmediata, al igual que la del opositor Félix Navarro. Asimismo, el gobierno de Estados Unidos ha condenado la represión contra ambos activistas y responsabilizó directamente al régimen cubano por su estado de salud. Desde el exilio, organizaciones de derechos humanos denuncian que el aparato penitenciario en Cuba ha sido transformado en un instrumento represivo para destruir física y psicológicamente a los opositores políticos.
"Con su cuerpo como única arma de protesta, Ferrer simboliza el drama de una nación en la que disentir se paga con el encierro, el hambre y la tortura."
En Miami y otras ciudades, se han lanzado campañas de visibilización para exigir su liberación. Una reciente valla publicitaria en Estados Unidos demanda justicia para él y para todos los presos políticos cubanos. Estas acciones reflejan el creciente clamor internacional ante un régimen que insiste en usar la violencia como forma de gobierno.
José Daniel Ferrer no es un preso común: fue uno de los encarcelados durante la Primavera Negra de 2003 y ha sido víctima de múltiples arrestos, golpizas y tratos crueles. Su caso expone, con crudeza, el carácter sistemático de la criminalización del disenso en Cuba. Su voz, sin embargo, continúa retumbando más allá de los muros de la prisión de Mar Verde, haciendo eco en cada denuncia, cada protesta y cada grito de libertad que se escucha dentro y fuera de la Isla.
Fuentes: Diario de Cuba
Ana Belkis Ferrer
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