Una enfermera de Missouri fue sentenciada a 12 años de prisión tras confesar haber envenenado a su esposo con anticongelante y provocar un incendio para encubrir el crimen. Amy Murray, quien trabajaba en el Centro Correccional de Jefferson City, fue hallada culpable de asesinato en segundo grado, incendio provocado y manipulación de pruebas en relación con la muerte de Joshua Murray, su esposo.
El juez Aaron Koeppen dictó la sentencia luego de que Murray aceptara un acuerdo con la fiscalía bajo la fórmula legal conocida como "declaración Alford", que permite al acusado aceptar una condena sin admitir culpabilidad directa. Murray también fue condenada a siete años por el incendio y cuatro años por manipular pruebas, aunque todas las penas se cumplirán de forma simultánea.
El crimen ocurrió en diciembre de 2018, cuando los servicios de emergencia respondieron a un incendio en la vivienda de la familia en Iberia, Missouri. El cuerpo de Joshua fue encontrado en el dormitorio principal. En un primer momento, Amy declaró que había salido con su hijo y sus perros a un restaurante de comida rápida y que al regresar encontró la casa envuelta en llamas. Afirmó que no pudo entrar por el denso humo.
Sin embargo, los resultados de la autopsia revelaron que Joshua no murió en el incendio, sino por ingestión de etilenglicol, un compuesto tóxico presente en el anticongelante. Además, peritos forenses determinaron que el incendio fue intencionado y provocado con un acelerante.
Durante la investigación, los detectives descubrieron que Amy mantenía una relación sentimental con Eugene Claypool, un recluso condenado a cadena perpetua por asesinato. Claypool cumplía su sentencia en la misma prisión donde trabajaba la acusada. Grabaciones de llamadas telefónicas entre ambos revelaron que Amy no deseaba continuar su vida con Joshua y expresó su intención de casarse con Claypool tras la muerte de su esposo.
Días después del crimen, Murray le comunicó al recluso que “Joshua ya no estaba en el camino”, y habló con él sobre planes futuros, incluida una posible apelación de su condena.
Amy Murray fue arrestada en febrero de 2019, tres meses después del asesinato. En junio de 2025, aceptó el acuerdo con la fiscalía, que permitió la desestimación del cargo de acción criminal armada.
Actualmente, permanece en el Centro Correccional del Condado de Miller, a la espera de ser trasladada a una prisión estatal para cumplir su condena.
La familia de Joshua Murray lo describió como un hombre trabajador y un padre comprometido. “Josh era un buen esposo y padre fiel… Trabajó duro para mantener a su familia”, escribió una tía en una carta dirigida al tribunal. El caso ha causado gran conmoción en la comunidad de Iberia, donde la pareja residía desde hacía años.