Bajo la administración de Trump y en un contexto social cada vez más polarizado, miembros destacados de la comunidad LGBTQ+ compartieron sus experiencias en la videoconferencia “Perspectivas Personales sobre el Orgullo”, organizada por American Community Media (ACOM).
Allí, figuras como Helen Zia, Richard Rodriguez y Aruna Rao ofrecieron reflexiones sobre la importancia de la visibilidad y el apoyo comunitario, en un momento en que los derechos de las personas LGBTQ+ vuelven a estar amenazados.
Helen Zia, activista asiático-americana, recordó su juventud marcada por el silencio y el miedo. “Si te identificabas como queer, podías perder tu trabajo, tu familia o incluso tu vida”, contó. Ser lesbiana, hija de inmigrantes y mujer de color la convirtió en “invisible” dentro y fuera de su comunidad.
Hoy, sin embargo, celebra su derecho a existir plenamente. “El orgullo es mi forma de decir que soy humana y pertenezco a este mundo, con todas mis identidades”, expresó. Para ella, el Orgullo sigue siendo una herramienta vital frente a los intentos de deshumanización.
El escritor Richard Rodriguez, hijo de inmigrantes mexicanos, compartió su experiencia creciendo en una familia donde la palabra “homosexual” simplemente no se pronunciaba.
Descubrió su atracción por los hombres sin entender del todo lo que significaba. “Nunca elegí ser gay, simplemente lo fui descubriendo”, dijo. Confesó que nunca participó en desfiles del Orgullo, pero halló su libertad en los libros: “Leer me enseñó que podía imaginarme más allá de mi entorno, más allá de Sacramento, más allá de mi familia mexicana de clase trabajadora”.
La historia de Aruna Rao muestra otra dimensión del Orgullo: el rol de las familias. Ella, mujer heterosexual de origen indio, fundó Desi Rainbow tras el proceso de aceptación y apoyo a su hijo, quien se identificó como queer y trans. Al buscar información, se sintió sola entre padres que no compartían su contexto cultural. “Necesitaba una comunidad que entendiera mis dudas, mis miedos, mi historia”, explicó. Así nació su organización, para ofrecer orientación y apoyo a otras familias sudasiáticas que atraviesan situaciones similares.
En estos momentos, miembros tan pestigiosos de la comunidad gay recuerdan las medidas tomadas por Trump en su primer mandato tales como la eliminación de protecciones trans en salud y educación, prohibición de personas trans en el ejército, el favorecimiento de su gobierno a leyes que permitían a negocios y organizaciones negar servicios a personas LGBTQ+ alegando “libertad religiosa”, desmantelamiento de recursos LGBTQ+ del gobierno federal así como ser eliminadas páginas web y programas de apoyo a personas LGBTQ+ de sitios oficiales del gobierno, incluyendo los del Departamento de Estado y la Casa Blanca.
Con estos antecedentes, los testimonios compartidos en la videoconferencia cobran un significado político: no solo son vivencias personales, sino respuestas a un ambiente hostil desde el poder. El cierre del Mes del Orgullo se convierte entonces en un acto de resistencia frente a un gobierno que, aunque indirectamente en estas historias, representa políticas que invisibilizan o atacan a la comunidad LGBTQ+.
Cada testimonio revela una verdad compartida: el Orgullo no es solo una fiesta, sino un acto de afirmación en un mundo que aún rechaza la diferencia. Estas voces nos recuerdan que el camino hacia la igualdad exige visibilidad, empatía y espacios donde cada persona pueda ser quien realmente es.