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“Hay más actividad funeraria por estos días”. La frase, pronunciada por un trabajador del cementerio de Colón en La Habana, resume una realidad que desmiente los mensajes tranquilizadores del Gobierno sobre la epidemia de arbovirosis que golpea a Cuba.
Un recorrido por varias necrópolis habaneras basta para comprobarlo. A las diez de la mañana de este lunes, la capilla del Cementerio de Colón estaba llena de dolientes, y el estacionamiento, repleto de autos. Lo mismo se observaba en el cementerio de Regla, donde los enterramientos se sucedían sin pausa. Las funerarias de la capital también muestran un aumento evidente de actividad.
Lo más llamativo, sin embargo, es el inusual transporte utilizado para trasladar los féretros: camionetas de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa). En Colón, uno de estos vehículos esperaba a las puertas de la capilla para recoger un ataúd; en Regla, otro encabezaba lentamente un cortejo fúnebre.
“Menos mal que al menos están los carritos estos de Etecsa, porque yo no sé qué pasó con los carros fúnebres”, comentó un habanero, recordando que hace años ya era difícil conseguir transporte funerario. “No sé si es que se está muriendo mucha gente y no dan abasto, o si Comunales simplemente ya no tiene esos carros.”
La imagen de los dolientes llorando tras una van estatal destinada a otro fin es el retrato de un país que enfrenta un colapso sanitario. En los cementerios, las conversaciones giraban en torno a “ese virus del que todo el mundo está enfermo”, como lo llaman los vecinos, sin precisar si se trata de dengue, chikungunya u otra fiebre viral.
El Ministerio de Salud Pública reconoció que esta es la segunda semana consecutiva con una leve disminución en los contagios del llamado “síndrome febril inespecífico”. Sin embargo, los acumulados siguen aumentando de forma preocupante.
Ocho provincias —La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo— registran un descenso en los casos, pero el resto del país mantiene cifras estables o en ascenso. Sancti Spíritus continúa siendo el territorio más afectado, según confirmó el diario Escambray.
Aunque las autoridades han evitado ofrecer cifras absolutas, los datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) son reveladores:
El dengue suma 9.602 casos confirmados, frente a los 6.519 registrados el 23 de octubre, lo que equivale a una incidencia de 87,7 por cada 100.000 habitantes (hace tres semanas era de 59,6).
El chikungunya también muestra un incremento: 21.681 casos hasta esta semana, frente a los poco más de 20.000 de la anterior.
Estas cifras solo reflejan una parte de la realidad, ya que muchos enfermos no acuden a los hospitales por la falta de medicamentos y el temor a los centros de salud colapsados.
Mientras el Gobierno intenta transmitir calma, los cementerios llenos, las funerarias desbordadas y los ataúdes transportados en vehículos de Etecsa cuentan otra historia: la de una isla donde la epidemia y la crisis sanitaria se miden en entierros más que en estadísticas oficiales.