El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, defendió las operaciones militares que su país desarrolla en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones dedicadas al narcotráfico, y rechazó las críticas sobre la legalidad de dichas acciones. Rubio aseguró que se trata de una estrategia legítima de defensa nacional y acusó al régimen venezolano de ser una “organización criminal vinculada directamente al tráfico de drogas”.
Durante una conferencia en Niagara-on-the-Lake, Canadá, al cierre de la reunión del G7, Rubio desmintió los informes que señalaban tensiones con aliados europeos o una interrupción en el intercambio de información con el Reino Unido. “Nada ha cambiado. Mantenemos una cooperación muy sólida con Londres. Seguimos actuando juntos en materia de seguridad marítima y antinarcóticos”, afirmó.
El secretario de Estado también negó que la campaña militar estadounidense haya sido objeto de debate entre los miembros del G7. “Nadie lo discutió conmigo ni en ninguna de las reuniones oficiales”, insistió, subrayando que Washington no necesita aprobación internacional para proteger sus intereses. “La Unión Europea no puede decidir cómo Estados Unidos defiende su seguridad nacional”, agregó.
Rubio enfatizó que las operaciones navales han reducido significativamente la presencia de “narcolanchas” en rutas del Caribe y del Pacífico, las cuales transportan grandes volúmenes de cocaína, heroína y fentanilo hacia Norteamérica. “Ya vemos una disminución en los envíos ilegales y eso demuestra el éxito de nuestra estrategia”, sostuvo.
En relación con Venezuela, Rubio fue tajante: “Ese no es un gobierno legítimo, es una organización de narcotráfico. Su jefe, Nicolás Maduro, está acusado por la justicia estadounidense y su red participa activamente en el envío de drogas hacia nuestro país”. Según el secretario, las acciones militares no están dirigidas contra ningún Estado soberano, sino contra estructuras criminales que operan desde territorios controlados por regímenes ilegítimos.
Las operaciones, iniciadas en septiembre, han resultado en la destrucción de una veintena de embarcaciones y la captura o neutralización de varios traficantes. Aunque algunos gobiernos europeos y organismos internacionales han expresado preocupación por el uso de la fuerza, Rubio desestimó esas objeciones. “Es contradictorio que países europeos pidan defensa militar y misiles estadounidenses, pero cuestionen la presencia de nuestros buques en el hemisferio occidental”, replicó.
Por su parte, la ministra canadiense de Exteriores, Anita Anand, anfitriona del encuentro del G7, confirmó que el tema no fue incluido en la agenda oficial y que corresponde a Washington determinar la legalidad de sus propias acciones.
Rubio concluyó su intervención defendiendo la continuidad de las operaciones y asegurando que Estados Unidos mantendrá su compromiso de combate contra los carteles de droga y los regímenes que los protegen. “No se trata solo de drogas, sino de proteger a nuestras familias y nuestra soberanía”, afirmó.
(Con información de EFE y AFP)