Los paquetes de arroz enviados desde Venezuela a Cuba como “ayuda solidaria” para los damnificados del huracán Melissa están llegando en mal estado, con presencia de bichos y gorgojos, según denunció una persona desde la isla en un video compartido por el periodista Mario Pentón.
En el breve clip, se observa cómo al abrir una bolsa de nylon con el sello de la empresa Agriproca, comienzan a salir insectos del interior del saco. La escena generó indignación en redes sociales y reavivó las sospechas sobre el manejo opaco de las donaciones por parte de las autoridades cubanas.
Los comentarios de los usuarios reflejan una profunda desconfianza hacia el régimen, y muchos aseguran que el arroz infestado no corresponde a la ayuda venezolana, sino a productos viejos y deteriorados provenientes de los almacenes estatales.
“Lo que están haciendo es cambiar el arroz nuevo por el viejo lleno de bichos. Se quedan con lo bueno y reparten lo podrido”, escribió uno de los internautas.
Según las denuncias, las donaciones estarían siendo manipuladas para beneficio de quienes controlan su distribución, en un patrón recurrente de corrupción y despojo al pueblo. Varios usuarios afirmaron que “las ayudas no llegan como salen de los puertos”, sino que “son reemplazadas por productos de baja calidad” antes de entregarse a los afectados.
Más allá de la controversia política, los gorgojos y otros insectos presentes en el arroz son indicadores de un mal almacenamiento, ya sea por humedad, altas temperaturas o sellado deficiente. Aunque no representan un peligro grave para la salud humana, contaminan los granos y los vuelven impropios para el consumo.
Entre los consejos que circulan entre los consumidores, algunos recomiendan colocar el arroz en el congelador durante dos o tres días para eliminar los insectos y sus huevos, o lavarlo cuidadosamente antes de cocinarlo.
Mientras la indignación por el arroz infestado crece, un informe de la ONU contradice las cifras oficiales del Gobierno cubano sobre los daños provocados por el huracán Melissa, asegurando que más de 3.5 millones de personas resultaron afectadas.
El reporte internacional describe la situación como “enorme y de largo alcance”, destacando que el ciclón —con vientos de hasta 190 km/h— provocó la destrucción de más de 90.000 viviendas y 100.000 hectáreas de cultivos, además de afectar a 600 instalaciones médicas y más de 2.000 centros escolares.
El Sistema Eléctrico Nacional también sufrió graves daños, dejando a un tercio de los usuarios de las provincias orientales sin electricidad, lo que agravó aún más la escasez de agua y alimentos.
En este contexto de crisis humanitaria y desconfianza institucional, el hallazgo de arroz con bichos se ha convertido en símbolo del deterioro moral y logístico del sistema cubano, donde ni siquiera las donaciones llegan en condiciones dignas a quienes más las necesitan.
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