En medio de una alarmante crisis sanitaria por la propagación de virus como el dengue y el chikungunya en Cuba, el periodista Alberto Arego publicó en su perfil de Facebook un mensaje en el que cuestiona las afirmaciones oficiales sobre la disponibilidad de insumos médicos en el policlínico local del municipio de Guanabacoa.
“Alguien de #Guanabacoa que diga si es verdad que en el policlínico Julio Antonio Mella tienen ‘todos los insumos para los pacientes: termómetros, dipirona, soluciones’. En plena epidemia en Cuba de dengue, chikungunya y otros virus, tienen que parar de salir con estos cuentos.”
La publicación ha generado preocupación entre vecinos que señalan que la circulación de arbovirosis en el municipio se agrava día a día. Informes más amplios sitúan a Cuba en una crisis epidemiológica, con expansión simultánea de dengue, chikungunya y el Oropouche, especialmente en la región occidental del país.
En el caso específico de Guanabacoa, un menor fallecido recientemente ha elevado las alarmas locales por la situación sanitaria en la localidad.
Denuncias apuntan además a un agravamiento de las condiciones de saneamiento e higiene —como acumulación de basura, agua estancada y falta de fumigación— que favorecen la proliferación de mosquitos transmisores.
La queja de Arego pone el foco en una contradicción aparente: mientras las autoridades sanitarias podrían afirmar que los centros de salud cuentan con “todos los insumos”, los testimonios ciudadanos y medios independientes señalan lo contrario.
En un momento en que el control de la epidemia depende en buena medida de la capacidad de atención primaria, la falta de elementos básicos como termómetros, dipirona y soluciones endovenosas puede traducirse en una atención deficiente o tardía.
Usuarios en redes sociales de Guanabacoa han compartido fotos y reclamos de largas esperas en consultorios, escasez de medicamentos y dudas sobre la eficacia del pesquisaje y control vectorial.
Aunque no se dispone de una cifra oficial desagregada para el municipio, la magnitud del brote nacional hace pensar que la realidad local está siendo afectada de lleno.
Este llamado de atención de Alberto Arego pone de relieve la tensión entre la comunicación oficial —sobre supuesta cobertura de insumos y equipos— y la experiencia vivida por la población.
En un contexto de epidemias crecientes, la transparencia sobre el estado real de los servicios de salud resulta vital.
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