Tras 43 días de parálisis administrativa, el Congreso de Estados Unidos aprobó un acuerdo bipartidista para reabrir el gobierno federal, enviando el proyecto de ley al presidente Donald Trump para su promulgación. El cierre, el más prolongado de la historia del país, había afectado a millones de trabajadores y generado retrasos en servicios esenciales.
La Cámara de Representantes, liderada por el republicano Mike Johnson, votó con 222 votos a favor y 209 en contra para poner fin a la crisis presupuestaria. El Senado ya había aprobado la medida a comienzos de semana, con el apoyo de ocho demócratas que se unieron a los republicanos para romper el estancamiento legislativo.
El proyecto restablece los fondos congelados durante el cierre y asegura el funcionamiento del gobierno federal hasta el 30 de enero, mientras incluye un paquete de tres proyectos de ley de asignaciones que garantizarán la financiación de programas sociales y agencias clave hasta septiembre de 2026.
Durante el debate, Johnson pidió disculpas al pueblo estadounidense por las consecuencias del cierre, responsabilizando a los demócratas por el bloqueo de varios intentos previos de financiamiento. “Mientras los demócratas votaban para paralizar al gobierno, los republicanos votamos para reabrirlo y hacerlo trabajar por la gente”, declaró antes de la votación.
La nueva legislación contempla el pago retroactivo a los empleados federales afectados, así como la reincorporación de los despedidos durante la crisis. También garantiza la continuidad del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), conocido como cupones de alimentos, del cual dependen más de 40 millones de estadounidenses.
Durante el cierre, numerosas familias reportaron dificultades para acceder a alimentos y beneficios básicos, lo que llevó a la administración Trump a buscar soluciones temporales mientras se resolvía la disputa presupuestaria.
El principal punto de fricción en las negociaciones fue la financiación del programa de salud Obamacare. Los demócratas exigían una extensión de los subsidios, mientras que los republicanos, apoyados por la Casa Blanca, rechazaron mantener esa ampliación más allá de este año fiscal. Finalmente, el texto aprobado no incluye esa prórroga, lo que podría provocar un aumento de primas para millones de beneficiarios en 2026.
Algunos líderes progresistas criticaron el resultado. “No podemos permitir que la falta de valor político deje sin cobertura médica a tantas familias”, expresó la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, demócrata por Nueva York.
Pese a las tensiones, la aprobación del acuerdo representa una victoria política para el presidente Trump, quien buscaba poner fin al cierre sin ceder en temas clave de su agenda económica. La promulgación de la ley permitirá reactivar el aparato gubernamental y estabilizar sectores esenciales, como transporte, salud y seguridad alimentaria, después de seis semanas de incertidumbre.
Con este paso, Washington pone punto final a uno de los enfrentamientos presupuestarios más intensos de los últimos tiempos, marcando un respiro temporal antes de que se reanuden las negociaciones sobre el presupuesto a largo plazo.
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