La frase “No es de Granma, es del Ministerio de Salud Pública”, publicada por la funcionaria Yudelkis Ortiz Barceló, presidenta del Consejo de Defensa Provincial, ha generado indignación entre los residentes del oriente cubano. Con ella, Ortiz dejó entrever que el hospital de campaña donado por la India podrá ser retirado del territorio cuando el régimen lo estime conveniente, aun cuando la provincia enfrenta una emergencia sanitaria sin precedentes tras el paso del huracán Melissa.
El hospital provisional fue instalado en el municipio de Río Cauto (Granma) como parte de la respuesta a los graves daños sufridos por la infraestructura médica local, tras un ciclón que dejó hospitales colapsados, comunidades aisladas y cientos de viviendas destruidas.
Según reportó la emisora estatal CMKX Radio Bayamo, el centro cuenta con una sala de clasificación de pacientes, un área de medios diagnósticos, una sala de observación, una unidad quirúrgica y un laboratorio móvil. Su capacidad estimada es de trescientas atenciones médicas cada 24 a 48 horas, aunque especialistas reconocen que sus recursos son limitados y que su presencia es solo una solución temporal ante una crisis estructural de mayor profundidad.
“El hospital no pertenece a la provincia, sino al MINSAP. Eso significa que puede ser trasladado cuando el gobierno lo decida”, explicó Ortiz Barceló en redes sociales, confirmando lo que muchos temían: que el apoyo sanitario podría ser efímero, pese a la gravedad de la situación.
La donación india, presentada por el régimen como un gesto de solidaridad y cooperación internacional, llega en un momento crítico. Los hospitales del oriente cubano siguen sin recursos, con escasez de medicamentos, personal agotado y graves problemas de higiene, en medio de un repunte de enfermedades como el chikungunya, el dengue y el zika.
Expertos sanitarios consultados coinciden en que la instalación del hospital de campaña alivia algunas urgencias inmediatas, pero no resuelve los problemas estructurales del sistema de salud cubano, deteriorado tras años de abandono y falta de inversión.
“Esto no es un logro, es una evidencia del colapso del sistema de salud pública. Si dependemos de donaciones para atender a los enfermos, significa que el país ya no tiene capacidad para garantizar la atención básica”, comentó un médico santiaguero en redes sociales.
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) no ha precisado cuánto tiempo permanecerá operativo el hospital en Granma ni si será trasladado a otras provincias afectadas. Mientras tanto, los residentes de Río Cauto temen quedarse nuevamente sin asistencia médica cuando la instalación sea retirada.
En un contexto donde los brotes de enfermedades se multiplican y el acceso a medicamentos es casi inexistente, el hospital de campaña representa una ayuda vital pero transitoria. Para muchos cubanos, su llegada no es símbolo de fortaleza institucional, sino de dependencia extranjera y de la incapacidad del régimen para sostener servicios esenciales por sí mismo.
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