Donald Trump atraviesa su momento más difícil en cuanto a percepción económica desde que asumió la presidencia, de acuerdo con la más reciente Encuesta Económica All-America, realizada por CNBC. El estudio, llevado a cabo entre el 9 y el 13 de abril, refleja un creciente pesimismo entre los estadounidenses, marcado por el malestar con los aranceles, la inflación y el gasto federal.
La aprobación general de Trump se sitúa en un 44%, mientras que la desaprobación alcanza el 51%. Sin embargo, el dato más alarmante es la evaluación de su gestión económica: solo un 43% la aprueba frente a un 55% que la desaprueba, marcando su peor resultado neto en esta área desde que asumió el poder. Es la primera vez que obtiene cifras negativas en economía en una encuesta de CNBC.
Aunque los votantes republicanos mantienen su respaldo, la erosión entre demócratas, independientes y trabajadores manuales —un grupo clave de su base electoral— es notable. Los demócratas registran una desaprobación económica neta de -90 puntos, los independientes aumentaron su rechazo en 23 puntos respecto a su primer mandato, y los trabajadores manuales subieron 14 puntos en desaprobación.
El 49% de los encuestados cree que la economía empeorará en el próximo año. Mientras el 76% de los republicanos espera mejoras, el 83% de los demócratas y el 54% de los independientes anticipan un deterioro.
Las políticas comerciales también son fuente de descontento. Un 49% desaprueba los aranceles generalizados, frente a un 35% que los respalda. Incluso entre republicanos, el apoyo a los aranceles ha caído 20 puntos respecto a la aprobación general del presidente.
La inflación representa el área más crítica: un 60% desaprueba su gestión, incluido un 42% de republicanos. Además, un 57% cree que Estados Unidos ya está en recesión o pronto lo estará.
En contraste, la inmigración es el único tema donde Trump mantiene mayoría de apoyo: 53% aprueba su manejo de la frontera sur y 52% respalda sus políticas de deportación, con cifras positivas incluso entre independientes y algunos demócratas.
Pese al clima económico adverso, el panorama electoral permanece dividido. La preferencia para el control del Congreso sigue casi igual: 48% favorece a los demócratas y 46% a los republicanos. No obstante, la economía, que fue el eje de su campaña, se perfila como un terreno cada vez más inestable para Trump de cara al próximo ciclo electoral.
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