Imagen tomada de Cuballama
La influencer cubana Marllenys Reigada, mejor conocida como La Mariposa, ha alcanzado un nuevo logro personal y profesional: obtuvo su título en Psicología, desatando una ola de comentarios —positivos y críticos— en las redes sociales. Con su habitual franqueza, respondió a quienes la atacaron por “no parecer psicóloga” debido a sus cirugías estéticas, tatuajes y su imagen sensual en Instagram y TikTok.
“Tal vez no tenga la cara de una psicóloga… pero tengo la historia de una guerrera”, escribió en un emotivo video donde muestra su graduación y enfrenta de frente las críticas.
Y su historia lo confirma. A los 19 años, Marllenys cruzó sola la frontera hacia Estados Unidos. No tenía familia ni un techo donde dormir. Vivió como homeless, trabajó duro para sobrevivir y, además, afrontó la maternidad sin red de apoyo. Lejos de detenerla, cada golpe la impulsó. “Cada obstáculo fue una piedra que usé para construir mi camino hacia la independencia”, ha dicho.
Desde sus inicios como bailarina en la prestigiosa compañía de Lizt Alfonso en Cuba, Marllenys forjó una carrera artística que más tarde se transformaría en un fenómeno digital. Fundó el Grupo Fusión Flamenca y el proyecto “Mujeres al poder”, una comunidad de empoderamiento femenino, especialmente dirigida a mujeres migrantes.
A pesar de los prejuicios, se ha consolidado como una figura mediática, empresaria y psicóloga. Dueña de una joyería en Miami, también participó en el reality “Enamorándonos” de Univisión, donde ganó popularidad por su estilo directo y emocional.
Sin embargo, la crítica no ha cesado. En redes la han llamado “la operada de las redes” y la han descalificado por mostrarse sensual o hablar abiertamente sobre dinero. Su respuesta ha sido contundente y reflexiva:
“He conocido strippers con más humanidad que muchas abogadas. He visto a mujeres sin títulos con más corazón que doctoras con diplomas en la pared”.
La Mariposa reivindica la dignidad como un acto de resistencia y autenticidad, más allá del rol o el estatus. En sus propias palabras:
“Si un día tengo que volver a servir mesas, trabajar en una escuela o abrir una página de contenido para adultos, lo haré con la cabeza en alto”.
En una sociedad que sigue chocando con los estereotipos de género, clase y apariencia, su mensaje cala hondo:
“Tal vez, cuando me ves, no piensas que soy psicóloga… pero yo sé quién soy”.
“Los sentimientos no se estudian, se sienten”.
Con más de un millón de seguidores y una historia que desafía los moldes, La Mariposa se alza como símbolo de lucha, resiliencia y autenticidad, recordando que no hay una única forma de ser mujer, ni mucho menos de ser profesional.
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