El humorista cubano Jardiel visitó el supermercado en dólares de 3ra y 70 y, fiel a su estilo satírico, compartió en redes sociales sus impresiones sobre el lugar.
En un video publicado en su cuenta de Instagram, el comediante ironizó sobre la situación: "Parece un templo y dentro reina San Dólar", en referencia a la realidad económica de muchos cubanos, quienes dependen de remesas para poder comprar en estos establecimientos.
Durante su recorrido, Jardiel no solo comentó sobre la exclusividad de estos mercados para quienes tienen acceso a moneda extranjera, sino que también observó que la mayoría de los clientes llegaban en carros de turismo, lo que acentuó aún más la brecha entre quienes pueden comprar en dólares y quienes sobreviven con salarios en pesos cubanos.
El humorista interpretó una canción improvisada en la que recordaba cómo en el pasado se rechazaba a los emigrantes, mientras que hoy día el país depende en gran medida de ellos para subsistir. Con su característico sarcasmo, dejó en evidencia la contradicción en la narrativa oficial cubana.
El video ha generado una ola de reacciones en redes sociales. Algunos usuarios comentaron con humor y sarcasmo sobre la diferencia entre estos supermercados y los establecimientos estatales, donde los productos básicos escasean. Otros destacaron que, a diferencia de los hogares cubanos que sufren constantes apagones, estos mercados siempre cuentan con electricidad y refrigeración adecuada.
También hubo quienes aplaudieron la valentía de Jardiel al exponer la realidad cubana a través del humor, mientras otros le sugirieron hacer una colaboración con artistas como Willy Chirino.
El supermercado de 3ra y 70 se ha convertido en un símbolo de la desigualdad económica en Cuba. Sus estantes repletos de productos importados contrastan con la crisis de desabastecimiento que sufren la mayoría de los ciudadanos.
La dolarización parcial de la economía cubana ha exacerbado las diferencias sociales. Solo quienes tienen familiares en el exterior pueden acceder a estas tiendas, mientras que el cubano promedio, que cobra su salario en pesos, enfrenta dificultades para conseguir productos básicos.
Con su humor, Jardiel ha logrado poner en el centro del debate esta dura realidad, reflejando el sentir de un pueblo que, entre la resignación y la ironía, sigue buscando formas de sobrevivir.
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