El doctor Carlos Leonardo Vázquez González, especialista en primer grado en Medicina General Integral y especialista en Oncología, confesó este lunes públicamente su trabajo como espía para los órganos represores de la Seguridad del Estado en Cuba.
“Desde hace más de 25 años soy el agente Fernando de la Seguridad del Estado, a la cual le he dedicado mi vida”, dijo el represor, quien se define como un cubano, revolucionario, martiano y fidelista.
Vázquez González declaró en un reporte transmitido por la TV cubana que había participado en septiembre de 2019 en un evento sobre el papel de las Fuerzas Armadas en un proceso de transición, auspiciado por la filial en Madrid de la universidad norteamericana de Saint Louis, donde estaba el dramaturgo Yunior García Aguilera, promotor de la marcha cívica por el cambio que organiza la plataforma Archipiélago.
El agente relacionó a García Aguilera con gobiernos extranjeros y lo calificó como un "líder creado por manuales" que busca una intervención militar en Cuba apoyado por Estados Unidos.
Tras la emisión del reporte en la TV cubana, el científico y activista por los derechos humanos, Oscar Casanella, compartió un post en sus redes sociales en el que describe su relación con el doctor Vázquez González, de quien sospechaban desde 2016.
“El G2 tuvo que exponer a este agente encubierto”, comentó.
Casanella asegura que el reporte solo le confirmó las sospechas que había tenido sobre él aunque varias personas le acusaran de paranoide.
“Conocí a Carlos Vázquez mientras trabajaba en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) aunque vinimos a rozar más debido a que él operó a mi abuelo Gilberto de unas metástasis en cadena ganglional de un carcinoma epidermoide”, asegura.
En ese momento el doctor le contó que había sido amigo del líder opositor Osvaldo Payá Sardiñas y que mantenía relaciones con su familia.
“Carlos se expresaba con críticas a la dictadura cubana aunque en conversaciones privadas. Nos comenzamos a visitar en nuestras casas y le presenté a mi familia. Luego, el comportamiento de Carlitos Vázquez y varios eventos posteriores me hicieron sospechar que él trabajaba para el G2 y alejarme de él”, explica.
Casanella contó cómo Vázquez González cambiaba de número de teléfono móvil con mucha frecuencia. “Él me llegó a dar como 4 números de teléfonos móviles personales distintos en menos de 2 meses”, dijo.
Otras razones que le llevaron a sospechar de Vázquez González fue que, pese a ser testigo de la represión laboral que ejercía sobre él Lorenzo Anasagasti Angulo, vicedirector del INOR, y de prometerle que iría como testigo a su defensa en la comparecencia pública del 8 de enero de 2016 por una sanción en su contra, nunca se presentó.
También se negó a dar su testimonio escrito para el análisis del Órgano de Justicia Laboral.
“Cuando yo hablaba con Carlitos, él me aseguraba que no le tenía miedo ni a Lorenzo Anasagasti ni al G2 pero con sus acciones me abandonaba, me traicionaba y no hablaba con claridad”, dijo.
Oscar cuenta que terminó alejándose de él y le advirtió a varias personas sobre sus sospechas. Para ese entonces, ya el agente Fernando había entablado una amistad con el opositor Manuel Cuesta Morúa.
“Siento pena por Carlos Vázquez no solo por perder la oportunidad de tenerme como amigo sino por hacer un trabajo tan sucio, ya sea por (ceguera- adoctrinamiento) o por (oportunismo y/o chantaje).
“Lo que vi hoy en el noticiero no fue sorpresa para mi sino una confirmación de mis fuertes sospechas”, concluyó.
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