Isidro Pérez, un ciudadano cubano de 75 años que vivía en Estados Unidos desde 1966, falleció el pasado 26 de junio mientras se encontraba bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Su muerte ha desatado indignación entre sus familiares, quienes denuncian negligencia médica y un trato inhumano hacia un anciano enfermo cuyo único “crimen” fue no haber regularizado su estatus migratorio en casi seis décadas.
Pérez fue arrestado el 5 de junio de 2025 durante una redada en Cayo Largo, Florida. Según ICE, su detención respondía a una acusación de inadmisibilidad bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad. Tras su arresto, fue trasladado al Centro de Procesamiento de Krome, donde ingresó con múltiples afecciones médicas.
El 17 de junio fue internado en el hospital Larkin Community por presentar angina inestable. Fue dado de alta apenas ocho días después, el 25 de junio, a pesar de su frágil estado. Solo un día más tarde, Isidro informó al personal médico de ICE que sentía dolores en el pecho. Fue atendido de emergencia por rescatistas del condado de Miami-Dade, quienes realizaron maniobras de reanimación y lo trasladaron al Hospital HCA Kendall. Fue declarado muerto a las 8:42 p.m. del mismo día.
“Estaba durmiendo en el piso, con frío, casi no podía hablar”, relató entre lágrimas María Adánez, su ex pareja. “Todavía no me lo creo. Es una pesadilla”.
Los familiares creen que la amenaza de deportación fue determinante en el desenlace. “Él no tenía a nadie en Cuba, no sabía ni a dónde lo iban a mandar. Eso lo mató de la angustia”, aseguró Adánez. Su hermana Mayra fue más directa: “Mi hermano llegó a este país siendo un niño. Se merecía una oportunidad, no morir así”.
Isidro Pérez ingresó legalmente a EE.UU. por Houston en 1966 mediante un parole. A pesar de haber sido condenado por posesión de sustancias controladas en los años 80, vivió durante décadas en el país sin mayores incidentes. La decisión de deportarlo a sus 75 años, con antecedentes médicos serios, es vista por sus allegados como una sentencia de muerte.
La Oficina de Responsabilidad Profesional de ICE, así como el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional, han sido notificados, al igual que el Consulado de Cuba. Sin embargo, para la familia, las explicaciones oficiales no bastan.
“ICE dice que garantiza un entorno seguro y humano para los detenidos, pero eso no fue lo que vivió Isidro”, apuntó Adánez. “Lo dejaron morir con miedo, solo, lejos de casa”.
Las autoridades están obligadas a publicar los informes completos de la muerte en un plazo de 90 días. Mientras tanto, crecen las voces que exigen una revisión profunda del trato que reciben los migrantes, especialmente los más vulnerables, dentro del sistema de detención estadounidense.
Fuente: Telemundo Miami
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