La música popular cubana está de luto tras la muerte de Rubén Leliebre, destacado flautista y orquestador que supo ganarse un lugar dentro de las agrupaciones más emblemáticas del país. Reconocido tanto por su talento como por su estilo distintivo —los llamados «choronguitos» en su cabello—, Leliebre marcó una época con su presencia en escenarios y grabaciones.
La noticia fue confirmada por el Centro Nacional de Música Popular, que lo definió como “un creador fuera de serie”. “Hoy la música pierde un buen hijo, Rubén Leliebre… flautista, orquestador”, escribió la institución en redes sociales.
Nacido en un entorno humilde y ligado desde joven a la tradición musical, Leliebre consolidó su carrera con Los Van Van, “el tren de la música cubana”, donde desplegó una sonoridad fresca y poderosa con la flauta. Más tarde, con la orquesta de Cándido Fabré, se reafirmó como un creador inquieto y versátil, aportando arreglos y matices que enriquecieron el repertorio de la agrupación.
Su partida generó una ola de condolencias en redes sociales. El flautista Ethiel Failde expresó: “Excelente músico y persona. Mi pésame sincero”. Mientras que Alexis Díaz Mesa recordó su huella junto a figuras icónicas: “José Luis Cortés, Orlando y Leliebre no solo han sido emblemáticos músicos del Tren de Cuba. Leliebre fue además un magnífico compositor. Lleno de dolor y nostalgia queda el pentagrama de la música popular bailable cubana”.
Cándido Fabré, con quien compartió múltiples escenarios, dedicó un emotivo mensaje en video en el que expresó su tristeza por la partida de su colega. En la página de Facebook del maestro, decenas de seguidores compartieron recuerdos y mensajes como “Otra estrella más en el cielo. Mis condolencias para familiares y amistades” o “Hoy la música cubana se viste de luto”.
El recorrido de Rubén Leliebre fue amplio y diverso. Como flautista y arreglista de Fabré, participó en numerosas giras nacionales e internacionales, colaboró en un disco con Rubén Blades y formó parte de festivales como el Jazz Plaza, el Festival del Caribe, el Festival Matamoro Son y el Encuentro Nacional de Septetos Ignacio Piñeiro. Integró cuatro producciones discográficas con la orquesta de Fabré —dos de ellas galardonadas con el Cubadisco— y se presentó en escenarios icónicos de Santiago de Cuba como la Casa de la Trova Pepe Sánchez, la Casa de la Música y el Patio de Artex.
Su música también llegó a ciudades como Londres y Edimburgo, y fue invitado en conciertos de agrupaciones como Los Van Van, Los Karachi, Estrellas de la Charanga y Orlando Valle “Maraca”. Además, colaboró en producciones nominadas al Cubadisco y al Grammy Latino junto a formaciones como la Orquesta Chekeré (Francia), el Septeto Santiaguero y Moneda Nacional.
En 2014 viajó a Venezuela como parte de la Misión Barrio Adentro y dos años después obtuvo el Segundo Premio de Composición en el Concurso Electo Rosell Chepín con la obra Danzón Inquieto, interpretada por Estrellas de la Charanga.
Su fallecimiento se suma a una serie de pérdidas recientes en la música cubana, que dejan la sensación de un capítulo que se cierra demasiado rápido. No obstante, el legado de Rubén Leliebre permanece vivo en cada arreglo, en cada interpretación y en la memoria de quienes celebraron, bailaron o se emocionaron con su arte.
Isabella Ladera convierte en viral la canción Alaska del Yexel Díez antes de su estreno
Hace 3 horas