Varios legisladores demócratas de Florida calificaron de “atroces, repugnantes y perturbadoras” las condiciones en el centro de detención conocido como “Alligator Alcatraz”, ubicado en los Everglades. Este sábado, tras una visita guiada por las autoridades estatales y federales, los congresistas Debbie Wasserman Schultz, Darren Soto, Maxwell Frost y Jared Moskowitz denunciaron públicamente lo que presenciaron en el recinto, exigiendo su cierre inmediato.
Según los legisladores, el recorrido reveló escenas impactantes: personas recluidas en jaulas con condiciones antihigiénicas, acceso limitado a inodoros y agua, y temperaturas extremas en las instalaciones. Wasserman Schultz relató que en cada jaula había hasta 32 detenidos con solo tres inodoros y lavamanos compartidos, todos expuestos. “Se cepillan los dientes donde defecan”, declaró.
La congresista también cuestionó las raciones mínimas de comida que se ofrecen a los detenidos. Mientras a ellos se les sirve un modesto sándwich de pavo, una manzana y papas fritas, los empleados del centro reciben comidas mucho más completas, como pollo asado y salchichas. “Es indignante”, afirmó.
Los legisladores también expresaron su preocupación por el calor en las carpas donde están alojados los detenidos. Wasserman Schultz llevó un termómetro portátil y constató temperaturas de hasta 29 grados Celsius en áreas que supuestamente tenían aire acondicionado.
Otro de los puntos críticos fue la negativa de las autoridades a permitir que los legisladores hablaran directamente con los detenidos. Esto, sumado a la ubicación remota y a las condiciones ambientales del centro, generó nuevas dudas sobre su legalidad y viabilidad.
El recorrido fue posible luego de una demanda presentada por la representante estatal Ashley Gantt, quien denunció que anteriormente se les negó el acceso a legisladores estatales demócratas. Durante la visita, la División de Manejo de Emergencias de Florida (FDEM) habría intentado justificar las condiciones, pero los congresistas coincidieron en que se trató de un montaje cuidadosamente controlado.
A la preocupación por el trato a los inmigrantes se suman los daños medioambientales potenciales al ecosistema de los Everglades y a tierras tribales cercanas, denuncian los legisladores.
“Este centro no solo es inhumano, sino un desperdicio de recursos y una amenaza ambiental”, advirtió Soto. Los legisladores anunciaron que planean regresar sin previo aviso para una inspección independiente.
La presión política sobre la administración estatal crece, mientras organizaciones de derechos humanos y sectores religiosos como el arzobispo de Miami han alzado la voz contra lo que ya se ha convertido en un símbolo del trato degradante hacia los migrantes en Florida.
Fuente: Telemundo Miami y Local 10
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