El presidente Donald Trump ha firmado este lunes dos órdenes ejecutivas que, según su Administración, buscan “restaurar la cordura” en las políticas gubernamentales. La primera orden reconoce exclusivamente los sexos masculino y femenino, basándose en la clasificación biológica, y prohíbe el uso del término “género” en los documentos oficiales. Esto afectará a registros federales, como pasaportes y visas, que reflejarán solo estas dos categorías y no la identidad de género individual.
Además, Trump ha anunciado el desmantelamiento de los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que han sido considerados por su gobierno como "radicales y derrochadores". La segunda orden ejecutiva estipula que las agencias federales dejen de implementar políticas que promuevan estos programas y realicen evaluaciones de su impacto y costos.
Estas medidas, que incluyen la eliminación de los "pronombres preferidos" y la prohibición de alojar a personas transgénero en cárceles femeninas, han sido vistas por algunos como un retroceso en los derechos civiles, mientras que otros las celebran como un regreso a lo que consideran "valores tradicionales". Trump ha justificado sus acciones diciendo que buscan defender la "verdad biológica" y proteger los derechos de las mujeres frente a lo que él califica como el "extremismo de la ideología de género".
En cuanto a los pasaportes, que desde 2022 permitían una opción neutral ("X") para el género, Trump ha revertido esa medida, ordenando que los ciudadanos estadounidenses solo puedan seleccionar entre masculino o femenino, siempre y cuando coincidan con la biología de la persona, no con su identidad de género.
Por otro lado, el desmantelamiento de los programas DEI abarca iniciativas como la justicia ambiental y las subvenciones relacionadas con la equidad, las cuales Trump ha criticado por ser costosas e ineficaces. Las autoridades federales deberán revisar los costos de estas políticas y brindar mayor transparencia al público sobre su financiación.
Las organizaciones defensoras de derechos civiles, como la ACLU, han expresado su preocupación ante estas medidas, advirtiendo que seguirán luchando por la igualdad de derechos para todas las personas, independientemente de su raza, identidad de género u orientación sexual.
Trump, en su regreso a la Casa Blanca, ha mantenido su postura conservadora sobre estos temas, buscando alinear su gobierno con una visión más tradicional sobre la identidad y la igualdad. Sin embargo, estas políticas podrían enfrentar una fuerte oposición tanto a nivel legal como político.
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