El senador Marco Rubio, candidato a secretario de Estado propuesto por Donald Trump, destacó durante su audiencia de confirmación la necesidad de adoptar una postura enérgica frente a los cárteles mexicanos, así como frente a los regímenes de Cuba y Venezuela. Rubio subrayó que estas amenazas requieren un enfoque decidido por parte de Estados Unidos.
En su intervención, el senador calificó a los cárteles de la droga mexicanos como “terroristas por naturaleza” debido a su implicación en actividades como el tráfico de fentanilo, la explotación laboral y sexual, y la violencia tanto en México como en Estados Unidos. Aunque señaló que designarlos formalmente como organizaciones terroristas sería “una herramienta imperfecta,” no descartó utilizar este mecanismo en caso necesario. También destacó la importancia de trabajar en colaboración con el gobierno mexicano para combatir este problema.
Rubio expresó además su preocupación por la creciente influencia de China en el canal de Panamá, describiendo cómo el control efectivo que las empresas chinas tienen sobre esta infraestructura estratégica podría representar un riesgo significativo en caso de conflicto.
Respecto a Cuba, el senador reafirmó su postura de que la isla debería ser considerada un estado patrocinador del terrorismo, dejando abierta la posibilidad de revertir decisiones recientes que favorecieron al régimen de Miguel Díaz-Canel. Rubio criticó la administración de Joe Biden por lo que describió como concesiones unilaterales hacia La Habana y Caracas sin obtener compromisos reales a cambio.
Sobre Venezuela, Rubio describió al régimen de Nicolás Maduro como una “organización narcotraficante” que ha contribuido al éxodo de millones de venezolanos. El senador condenó las negociaciones previas con el régimen chavista, afirmando que estas solo fortalecieron al gobierno sin garantizar elecciones limpias ni mejoras para la población.
La audiencia destacó el enfoque de Rubio en priorizar la seguridad y los intereses de Estados Unidos frente a amenazas internacionales, consolidando su perfil como una figura clave en la política exterior de la administración Trump.