Un grupo de mujeres inmigrantes latinas en Nueva York fue víctima de una sofisticada estafa migratoria en la que se utilizaron falsas audiencias judiciales virtuales para defraudarlas de miles de dólares. El fraude, que se llevó a cabo a principios de este año, fue dirigido por Gustavo Cortez Osco, quien se hacía pasar por abogado experto en asuntos migratorios.
Cortez Osco ofrecía resolver complicados procesos migratorios, como solicitudes de asilo, permisos de trabajo y residencias permanentes, con rapidez y a precios aparentemente accesibles. Las víctimas, recién llegadas a Estados Unidos y con poco conocimiento del sistema legal, confiaron en el supuesto abogado, quien operaba a través de un número de teléfono móvil.
Entre las afectadas se encuentra Rusbelys Robles, una enfermera venezolana que llegó a Nueva York con su familia tras una larga travesía por América Latina. Robles esperaba la aprobación de su solicitud de asilo cuando Cortez le ofreció gestionar su residencia. Como otras víctimas, fue engañada con documentos falsificados que llevaban los logotipos de agencias como el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) y el Departamento de Justicia.
Después de recibir varias notificaciones fraudulentas sobre el supuesto progreso de su caso, Robles fue citada a una audiencia virtual con un "juez de inmigración". La audiencia se realizó a través de Skype desde su refugio en un hotel de Nueva York. Durante la sesión, Cortez actuaba como su abogado defensor, mientras que otro hombre, haciéndose pasar por juez, dirigía la audiencia desde una pantalla decorada con la bandera de Estados Unidos y un escudo del Departamento de Justicia.
La estafa se desmoronó cuando las víctimas, tras pagar sumas de dinero considerables, no recibieron ningún avance en sus casos migratorios. Robles, por ejemplo, había entregado un total de $3,365 a Cortez, dinero que obtuvo en parte mediante préstamos y con su trabajo limpiando casas. A pesar de las promesas, su estatus migratorio no cambió y aún espera la aprobación de su solicitud de asilo.
El engaño también afectó emocionalmente a las víctimas, quienes, como Robles, creyeron en la compasión que Cortez aparentaba al escuchar las dificultades que enfrentaron para llegar a Estados Unidos. Robles, madre de una niña con síndrome de Down, había huido de Venezuela en 2018 después de la muerte de tres de sus hermanos y buscaba un lugar donde su hija pudiera recibir tratamiento médico adecuado.
Aunque el caso ha sido expuesto, muchas de las víctimas no han podido recuperar el dinero perdido.
(Con información de "Univision Noticias")
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