El régimen cubano ha prohibido a los familiares de las víctimas de las explosiones ocurridas el pasado 7 de enero en un almacén militar en Melones, municipio Rafael Freyre, Holguín, publicar en redes sociales, argumentando que dichas acciones "afectan los intereses de la revolución". Este suceso ha dejado 13 desaparecidos, en su mayoría jóvenes reclutas del servicio militar, y ha generado una profunda desesperación entre sus familiares.
“A los familiares nos han prohibido publicar en las redes sociales porque los enemigos se aprovechan para dañar al país”, denunció uno de los allegados de los afectados, quien prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
Tres días después de la primera detonación, el almacén militar, que contenía armamento obsoleto, sigue presentando explosiones esporádicas, lo que impide que los expertos accedan al lugar para buscar a los desaparecidos. Según testimonios, las autoridades solo piden calma a los familiares, sin ofrecer respuestas claras ni avances en las investigaciones.
“Hay varias madres con crisis nerviosas porque no hacen ningún avance en la búsqueda”, relató un amigo cercano a una de las familias afectadas. “Una madre intentó ir sola al lugar para buscar a su hijo, pero tuvimos que detenerla. El desespero es enorme”.
El jefe del Partido Comunista en Holguín, Joel Queipo Ruiz, reconoció que las explosiones aún representan un peligro y aseguró que las "acciones especializadas" continúan. Sin embargo, no ofreció una fecha concreta para el inicio de la búsqueda de los desaparecidos y calificó el lugar como una "obra accidentada".
La censura impuesta por el régimen ha incrementado la tensión. “Nos dicen que no podemos hablar de esto con nadie ni publicar nada en las redes sociales. Incluso tengo miedo de contestar los mensajes de mis familiares que viven en otras partes de Holguín”, expresó una fuente entrevistada.
La situación es aún más angustiante para los padres de los reclutas, quienes fueron obligados a realizar el servicio militar. “Ellos no estaban ahí porque querían. Mi amiga siempre decía que su hijo hablaba de mover municiones como si no hubiera peligro”, añadió la fuente.
Mientras tanto, las familias de los oficiales parecen recibir un trato diferente, pues muchos de ellos son miembros integrados al Gobierno. Esto no ha pasado desapercibido entre los afectados, quienes sienten que están siendo relegados y abandonados por las autoridades.
Este trágico evento no solo evidencia las deficiencias en el manejo de situaciones de emergencia por parte del régimen, sino también su estrategia de silenciar cualquier disidencia para mantener el control político a costa del dolor y la incertidumbre de los ciudadanos.
(Con información de "14ymedio")