Las recientes ejecuciones de cuatro ciudadanos canadienses en China han generado un fuerte rechazo por parte del gobierno de Canadá, que había solicitado clemencia para los condenados. La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, condenó las ejecuciones y reafirmó la postura de Ottawa contra la pena de muerte.
Joly informó que, a pesar de las gestiones diplomáticas, Beijing llevó a cabo las ejecuciones bajo cargos de narcotráfico. "Condenamos enérgicamente estos actos y seguimos comprometidos en la defensa de los derechos humanos", expresó la ministra. Sin embargo, no ofreció detalles específicos sobre los casos debido a la solicitud de privacidad de las familias involucradas.
Por su parte, el gobierno chino defendió su decisión y afirmó que se actuó conforme a la ley. Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, declaró que "combatir los delitos de drogas es una responsabilidad global" y que su país "aplica la ley de manera justa, sin discriminación por nacionalidad". También aseguró que China "protege los derechos consulares de las personas extranjeras involucradas en procesos judiciales".
A través de un comunicado enviado al medio canadiense The Globe and Mail, la embajada china justificó la postura del país respecto a los delitos relacionados con drogas, destacando su política de "tolerancia cero" y las severas sanciones que impone a quienes infringen sus leyes.
Las ejecuciones ocurren en un contexto de relaciones tensas entre ambos países. Las disputas diplomáticas se han intensificado desde el arresto en 2018 de un alto ejecutivo de la empresa tecnológica Huawei en Canadá, a petición de Estados Unidos, lo que llevó a la detención de dos ciudadanos canadienses en China bajo acusaciones de espionaje. Además, las acusaciones de interferencia china en las elecciones canadienses de 2019 y 2021 han empeorado la situación, aunque Beijing ha negado dichas acusaciones.
En 2023, Ottawa expulsó a un diplomático chino acusado de intentar presionar a un legislador canadiense crítico del gobierno de Beijing. Canadá también ha expresado preocupación por la represión china en Hong Kong y la situación de la minoría musulmana uigur, lo que ha contribuido al deterioro de los lazos bilaterales.
China mantiene en secreto las cifras exactas de la pena de muerte, pero organizaciones como Amnistía Internacional estiman que el país lidera el mundo en número de ejecuciones. La reciente sentencia a muerte de un exingeniero chino acusado de filtrar secretos de Estado a una potencia extranjera refuerza la imagen de Beijing como un país con políticas punitivas severas.
(Con información de AFP)
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