El sistema de salud pública de Cuba ha atendido hasta la fecha 20 062 casos de chikungunya, informó la viceministra de Salud Pública, Carilda Peña García, responsable del área de Higiene y Epidemiología.
Las provincias más afectadas son La Habana, Matanzas, Camagüey, Cienfuegos, Artemisa y Villa Clara, según reportó la agencia Prensa Latina.
Peña García explicó que los esfuerzos del Ministerio de Salud Pública (Minsap) se concentran actualmente en el dengue (serotipo 4) y el chikungunya, con protocolos que incluyen la búsqueda activa de personas con fiebre y la atención inmediata en salas de vigilancia intensiva para pacientes con signos de alarma.
Aunque se reporta una disminución de los casos graves de dengue, los hospitales cuentan con reactivos y pruebas rápidas para diagnósticos complejos. La tasa de sospechosos de dengue se mantiene en 20,66 por cada 100 mil habitantes, con mayor incidencia en Cienfuegos, Guantánamo, Matanzas, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Mayabeque, Villa Clara y Pinar del Río.
El 62 % de los focos del mosquito Aedes aegypti se concentra en La Habana, Santiago de Cuba, Camagüey y Villa Clara.
La viceministra destacó la labor de los estudiantes de Ciencias Médicas, que participan en las pesquisas activas, así como la expansión de las campañas de fumigación intensiva hacia nuevas áreas urbanas y rurales.
Sin embargo, advirtió que el tratamiento adulticida no pudo aplicarse de manera completa en el oriente del país debido a los estragos del huracán Melissa, que interrumpió las labores de control vectorial.
En los territorios más golpeados por el ciclón —donde también se reforzó la venta de hipoclorito para el tratamiento del agua—, el 30 % de las camas hospitalarias se han destinado a posibles contingencias epidemiológicas. Además, se prioriza la atención a gestantes, niños pequeños y pacientes con enfermedades crónicas, incluyendo los que se encuentran en programas de hemodiálisis.
Como parte del apoyo psicosocial, un equipo de 20 especialistas en salud mental fue desplegado hacia el oriente cubano para brindar acompañamiento psicológico a las familias que perdieron viviendas y pertenencias durante el huracán.
El Minsap informó además que se desarrollan ensayos clínicos en Matanzas con el medicamento Jusvinza, utilizado durante la pandemia de COVID-19, con el propósito de evaluar su eficacia en la fase crónica del chikungunya, especialmente en pacientes que presentan artritis o inflamaciones articulares persistentes. Otros fármacos se están probando en hospitales de La Habana.
Por su parte, la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, explicó que el Gobierno impulsa una estrategia científica nacional centrada en tres líneas prioritarias:
1.Reducir la infestación del mosquito vector.
2.Mejorar el tratamiento clínico de la enfermedad.
3.Mitigar las secuelas articulares post-agudas.
El aumento de casos se produce en un contexto económico crítico, que limita la capacidad del país para enfrentar la proliferación del Aedes aegypti, agravada por los problemas de saneamiento, los salideros de agua y la acumulación de desechos en varias ciudades.
En medio de estas condiciones, el sistema sanitario cubano enfrenta el desafío de contener dos epidemias simultáneas en un escenario marcado por la precariedad y la falta de recursos.
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