La nueva terminal de ómnibus en Santi Spíritus parece un museo. A la mayoría de los viajeros le prohíben disfrutar de sus instalaciones.
La inauguraron en 2019 y costó más de seis millones de pesos. Las autoridades la calificaron como la más moderna ya que cuenta con "tres salones de espera con capacidad para más de 350 personas, servicios de gastronomía, área comercial destinada a la venta de diferentes productos y a otras prestaciones, una sala de lactancia para las mujeres que viajan con niños, puntos de correo y de Etecsa, zona wifi, piquera de taxis, puesto médico y un local para la recepción y protección de equipajes, entre otros locales".
Un reportaje del diario local Escambray indica que todos los espacios están subutilizados porque la lista de espera continúa en la terminal vieja, a pesar de las terribles condiciones del inmueble.
"Ahí no hay lista de espera, eso está en la terminal vieja, que supuestamente iba a quedar para viajes municipales o intermunicipales. Entonces, la guagua sale de la estación nueva y tiene que ir a la vieja para recoger pasajeros, si es que se han quedado algunos asientos vacíos, para después, entonces, agarrar la carretera y salir para La Habana. Una cosa muy absurda", explicó al diario 14ymedio Juan, un vecino de La Habana que viaja con frecuencia a Sancti Spíritus.
Según Escambray, durante la etapa de la pandemia la terminal trasladó el servicio de última hora o lista de espera del viajero para la antigua terminal provincial, sin que hasta hoy regrese al inmueble.
"A la vuelta del tiempo muchos viajeros se preguntan el porqué de tan absurda medida, sin encontrar respuestas a sus cuestionamientos", comentan.
El diario oficialista compara la terminal con un museo "con los salones impecablemente limpios y vacíos la mayor parte del tiempo, con las paredes inmaculadas, atesorando sitios y mobiliarios para que luzcan bellos como el primer día".
Asimismo, describen la vieja con "una situación desfavorable ante la falta de higiene, asientos y ventilación, carencia de alimentos e iluminación y lo peor, la casi nula entrada de ómnibus porque, según los viajeros encuestados, cuando circulan desde la región oriental y dejan pasajeros en la nueva terminal, por lo general siguen con capacidades vacías con tal de no retroceder en su recorrido para recoger los de la lista de espera".
“Llevo tres días en espera de algún ómnibus que me lleve para Oriente, pero hasta hoy ninguno ha entrado, yo viajo acompañada de un menor de ocho años y lo peor es que aquí no hay casi nada que comer y lo que venden está caro y sin calidad, falta el agua para el lavado de las manos y nunca limpian el salón", explica al citado medio Misladys Pérez Maceo, residente en Manzanillo.
“Es muy lamentable que en Sancti Spíritus, teniendo una terminal de lujo, los viajeros deban permanecer aquí sin condiciones —alega Misladys—. Ni siquiera un televisor hay y por las noches, los custodios de la otra parte cierran su área, entonces, quienes estamos por la lista de espera optamos por salir para el exterior a coger sereno o por acostarnos sobre el piso para poder descansar”, agrega.
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