Seis ciudadanos estadounidenses fueron liberados por el gobierno de Venezuela tras una reunión entre Nicolás Maduro y Richard Grenell, enviado especial del expresidente Donald Trump. La liberación se produce en un contexto de tensiones diplomáticas y presuntas negociaciones sobre migración y otros temas bilaterales.
Grenell anunció en la red social X que regresaba a Estados Unidos con los seis liberados. "Estamos en camino a casa. Acaban de hablar con @realDonaldTrump y no podían dejar de agradecerle", escribió. Trump también celebró la noticia en sus redes sociales, felicitando a su equipo por el resultado de la misión.
El encuentro entre Grenell y Maduro sorprendió a muchos, pues se esperaba que Trump mantuviera su política de “máxima presión” contra el gobierno venezolano. Según fuentes oficiales, la visita se centró en la repatriación de migrantes venezolanos deportados desde EE.UU. y en la situación de los ciudadanos estadounidenses detenidos en el país sudamericano.
El gobierno de Maduro difundió imágenes del encuentro en el Palacio de Miraflores, destacando que la reunión había sido solicitada por EE.UU. Sin embargo, la Casa Blanca no ha reconocido oficialmente a Maduro como presidente legítimo, alegando fraude electoral en los comicios previos.
Durante la firma de una orden ejecutiva en la Oficina Oval, Trump fue consultado sobre la reunión y si esta otorgaba legitimidad a Maduro. "No. Queremos resolver la situación en Venezuela, pero he sido un firme opositor de Maduro", respondió. Agregó que el régimen venezolano ha tratado mal tanto a su pueblo como a EE.UU.
Por su parte, Maduro calificó la reunión como un primer paso para acuerdos, aunque sin ofrecer detalles. "Hemos visto pasar a varios presidentes de EE.UU. Nuestro mensaje es claro: queremos relaciones basadas en el respeto a la soberanía y al derecho internacional", afirmó en la televisión estatal tras la partida de Grenell.
La visita generó críticas dentro del Partido Republicano. Elliott Abrams, exenviado especial de Trump para Venezuela, consideró que el encuentro beneficia a Maduro. "Esta reunión será usada por él para legitimar su gobierno. Si el objetivo era enviar un mensaje sobre migración, Trump pudo hacerlo sin enviar a un emisario", declaró.
Mientras tanto, la crisis política en Venezuela sigue escalando. La disputa por los resultados electorales recientes provocó manifestaciones en varias ciudades y más de 2.200 arrestos. Entre los detenidos, al menos 10 serían ciudadanos estadounidenses acusados de conspirar contra el gobierno venezolano.
Aún no se han divulgado oficialmente los nombres de los seis liberados, pero una organización que abogaba por su liberación indicó que uno de ellos es David Estrella, un estadounidense de 62 años, detenido en septiembre bajo acusaciones de participar en un supuesto complot para asesinar a Maduro. El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, había señalado a Estrella como parte de una conspiración para desestabilizar al país.
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