La crisis energética en Cuba se profundiza tras una nueva avería en la Central Termoeléctrica (CTE) "Carlos Manuel de Céspedes" en Cienfuegos, justo cuando la CTE "Antonio Guiteras" en Matanzas aún permanece fuera del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) por mantenimiento.
La combinación de estos eventos ha desencadenado un colapso operativo que se traduce en apagones generalizados, con provincias enteras —especialmente del oriente del país— sometidas a cortes de electricidad prolongados e impredecibles.
La CTE "Guiteras" la mayor unidad generadora del país, se encuentra en mantenimiento desde inicios de mayo, con más de 600 acciones técnicas planificadas. Según el régimen, esta planta podría reincorporarse al SEN el próximo domingo 11 de mayo. Sin embargo, la magnitud del deterioro de sus instalaciones genera dudas sobre la durabilidad de esta reincorporación. La central, que lleva 37 años de funcionamiento, ha sobrepasado su vida útil estimada y depende de intervenciones frecuentes para continuar operando.
Rubén Campos Olmo, director de la planta, informó que los trabajos actuales incluyen la limpieza de los calentadores de aire regenerativos, la sustitución de piezas clave en la caldera y, por primera vez desde la fundación de la central, el reemplazo completo del condensador de vahos. Además, se están realizando reparaciones eléctricas en una estructura corroída que sostiene la línea de salida de energía. Unos 600 técnicos trabajan en jornadas de más de 12 horas diarias para cumplir con el plazo.
Pero mientras la "Guiteras" se repara, otra pieza clave del sistema eléctrico colapsó. La unidad 3 de la CTE de Cienfuegos, que acababa de regresar de un mantenimiento centrado en su turbina, sufrió una avería grave en la caldera, específicamente en una tubería. La falla ocurrió mientras el equipo se enfriaba, por lo que no se ha podido evaluar completamente ni establecer una fecha estimada para su reincorporación.
Esta pérdida representa una reducción de aproximadamente 100 megavatios (MW) de generación térmica, que se suma a las inactividades de otras plantas como Renté y Santa Cruz. Según la Unión Eléctrica, el déficit energético alcanzó este lunes un pico de 1,730 MW, afectando las 24 horas del día. Se espera que durante el horario nocturno la situación empeore, ya que la demanda puede superar los 3,380 MW mientras la disponibilidad real apenas roza los 1,875 MW.
A esto se suma la falta de combustible en 72 centrales de generación distribuida, lo que añade otros 545 MW al déficit. La generación solar aporta cifras mínimas, con solo 1.040 MWh desde los nuevos parques fotovoltaicos, insuficientes para aliviar la crisis.
Mientras La Habana es priorizada desde el Despacho Nacional de Carga, el resto del país —especialmente las provincias orientales— vive jornadas de apagones extremos. La situación pone en evidencia el colapso estructural del sistema eléctrico cubano y la incapacidad del gobierno para ofrecer soluciones sostenibles ante una crisis que parece no tener fin.
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