En medio de un escenario que parece sacado del infierno, los eventos que llevan como consigna la lucha contra el bloqueo norteamericano hacia Cuba. El Centro de Prensa Internacional en La Habana acoge la muestra “El humor no se puede bloquear”, una exposición colectiva que utiliza el humor gráfico como herramienta de denuncia y posible distractor del real problema que enfrenta el país hace más de 60 años.
La exposición reúne las obras de caricaturistas cubanos como Arístides Hernández, Ismael Lema, Adán Iglesias, Enrique Lacoste, José Luis López, Osvaldo Gutiérrez, Alfredo Martirena y José Alberto Rodríguez, quienes han plasmado en sus trabajos una mirada crítica y satírica a la política estadounidense hacia la isla.
Durante la inauguración, el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, señaló que la propuesta es una forma legítima de manifestación cultural del pueblo cubano ante lo que considera una agresión prolongada por parte del Gobierno de Estados Unidos, donde vuelven a llamar "pueblo" a los ideales torcidos del gobierno que intenta "dormir" a la esfera artística.
“No es algo nuevo en nuestra historia, ha sido tradición en nuestro país, en el proceso revolucionario, expresar de múltiples maneras, incluido con el humor gráfico, el rechazo de la población a una guerra tan persistente y tan despiadada contra el pueblo de Cuba”, afirmó el miembro de la camarilla comunista.
“Es despiadada; no es una agresión militar, pero es destructiva, que lo ha sido desde hace más de 60 años contra todo el pueblo de Cuba”, insistió.
Fernández de Cossío también aludió a declaraciones recientes del Gobierno estadounidense como prueba del carácter hostil de su política hacia la isla:
“Si hubiera duda bastaría con ver las declaraciones recientes, de la última semana, del secretario de Estado (Marcos Rubio), que no dejan espacio para dudar, que en los problemas entre Cuba y Estados Unidos hay un país que es agresor, que es Estados Unidos, y hay un país que es víctima de la agresión de Estados Unidos”, aseguró.
Finalmente, destacó cómo el humor ha sido parte integral de la resistencia cultural cubana frente a las presiones externas:
“Nuestro pueblo ha sido capaz, por su naturaleza, su cultura, su idiosincrasia, de usar el humor para expresar, incluso, los repudios más firmes, los rechazos más firmes, contra el imperialismo, y estás caricaturas son expresión de eso”.
Una vez más se habla del pueblo sin que este se entere, se sostiene al bloqueo como objeto de entretenimiento barato e ineficaz, y de resistencia, la cual se ha convertido en bandera de los cubanos desde el triunfo de la revolución.
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