El temor a las deportaciones está impactando la asistencia de niños migrantes a las escuelas de Nueva York. Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, muchas familias han decidido no enviar a sus hijos a clases, preocupadas por el endurecimiento de las políticas migratorias.
En el albergue del Hotel Stewart, en Manhattan, los pasillos suelen estar llenos de actividad en las mañanas, con padres y niños camino a la escuela. Sin embargo, este jueves lucían vacíos. Amanda, una madre venezolana, explicó que no ha enviado a sus tres hijos a la escuela en toda la semana por miedo a la posible detención de su familia. Según sus cálculos, unos 100 niños del albergue no asistieron a clases.
La situación se repite en otros refugios, como el cercano Hotel Roosevelt. Aunque algunos padres, como los de Bushwick, Brooklyn, han optado por continuar enviando a sus hijos a la escuela, lo hacen con gran cautela.
El Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York ha asegurado a las familias que las escuelas son lugares seguros. Según sus directrices, agentes federales de inmigración no pueden ingresar a los centros educativos sin una orden judicial. Sin embargo, las recientes acciones del gobierno han incrementado el temor. Trump revocó una política que protegía "lugares sensibles", como escuelas e iglesias, de redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), intensificando la incertidumbre.
El alcalde Eric Adams ha intentado tranquilizar a las familias migrantes, asegurando que la ciudad seguirá protegiendo a todos los residentes, independientemente de su estatus migratorio. Sin embargo, su postura cercana a la administración Trump ha generado críticas. Profesores y directores escolares han señalado que sus esfuerzos para calmar a las familias podrían verse socavados si no se cuestionan abiertamente las políticas federales.
La asistencia escolar, que promediaba un 90% en 2024, cayó al 80% esta semana, según datos del Departamento de Educación. Si bien factores como el clima y los exámenes estatales también influyeron, el miedo a las deportaciones ha jugado un papel significativo.
Maestros y expertos han advertido sobre los efectos psicológicos en los niños migrantes. "Los niños tienen miedo de salir de casa y no volver a ver a sus padres", comentó un coordinador escolar de Queens. La incertidumbre continúa afectando a miles de familias que solo buscan estabilidad y seguridad.