Tras el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, alrededor de mil 600 migrantes permanecen varados en los municipios de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, esperando ingresar al estado de Texas. El subsecretario de Gobierno de Tamaulipas Tomás Gloria Requena informó que esta situación se debe a la suspensión de la aplicación CBP One, una herramienta que permitía a los migrantes programar citas para ingresar de manera legal al país.
Estas personas están siendo resguardadas en albergues temporales en los municipios fronterizos. Según el funcionario, estos refugios tienen capacidad para albergar hasta seis personas, pero actualmente operan al 25% de su capacidad. El gobernador de Tamaulipas ha dado instrucciones de evitar un “cuello de botella” en la frontera.
Para ello, los migrantes mexicanos serán trasladados a sus ciudades de origen en autobuses coordinados por el Instituto Nacional de Migración "mientras tanto, los extranjeros serán enviados al sur del país para proceder con su deportación a sus países de origen" Este jueves, 50 migrantes fueron deportados por el puente Reynosa–Hidalgo. Las autoridades del INM se encargaron de recibirlos y coordinar su traslado a otros puntos del país.
El cierre del programa CBP One y las deportaciones masivas han generado una creciente presión en los municipios fronterizos de Tamaulipas, especialmente en los puentes con mayor actividad migratoria. La administración estatal enfrenta el reto de mantener el orden y garantizar condiciones dignas para los migrantes mientras se cumple con los protocolos legales.
(Información tomada del perfil de Facebook de Irma Broek)