Un escalofriante descubrimiento sacudió el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood la noche del lunes, cuando se encontraron dos cadáveres en el compartimiento del tren de aterrizaje de un avión de JetBlue. La aeronave había operado recientemente el vuelo 1801 desde el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) de Nueva York.
Según informó la aerolínea en un comunicado, los cuerpos fueron hallados durante una inspección rutinaria de mantenimiento posterior al vuelo. Las autoridades aún no han identificado a las víctimas ni determinado las circunstancias exactas de cómo lograron acceder a la aeronave.
“Esta es una situación desgarradora, y estamos comprometidos a trabajar estrechamente con las autoridades para entender cómo ocurrió este incidente”, afirmó JetBlue.
El vuelo 1801 despegó del aeropuerto JFK a las 7:30 p.m. del lunes y aterrizó en Fort Lauderdale a las 10:42 p.m. Los cuerpos fueron descubiertos durante la revisión técnica en la terminal 3 del aeropuerto.
A pesar del impactante hallazgo, las operaciones aeroportuarias no se vieron afectadas. La portavoz del Departamento de Aviación del Condado de Broward confirmó que el incidente no interrumpió las actividades, aunque en la terminal se registraron cancelaciones y retrasos debido a condiciones meteorológicas en otras regiones del país.
El hallazgo de polizones en el compartimiento del tren de aterrizaje no es un hecho aislado. Este incidente ocurre apenas dos semanas después de que se encontrara un cuerpo en el compartimento de las ruedas de un vuelo de United Airlines que viajaba de Chicago a Maui.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha señalado que los polizones que intentan ocultarse en estos espacios suelen enfrentarse a condiciones extremas, como falta de oxígeno y temperaturas bajo cero a gran altitud. Muchos de ellos no sobreviven al viaje.
En el último año, varios casos similares han generado preocupaciones sobre la seguridad aeroportuaria. Entre ellos, el caso de una mujer que logró abordar un avión de Delta sin boleto y viajar de Nueva York a París, y otro en el que un polizón intentó esconderse en un vuelo de Seattle a Honolulu.
El macabro hallazgo en el vuelo de JetBlue vuelve a poner en el foco la necesidad de reforzar los protocolos de seguridad en los aeropuertos. Incidentes como este no solo exponen los riesgos que enfrentan quienes intentan ingresar clandestinamente en aeronaves, sino también las posibles vulnerabilidades en los sistemas de vigilancia y control de acceso.
La investigación continúa bajo la supervisión de la Oficina del Sheriff del Condado de Broward y otras autoridades competentes, quienes buscan esclarecer cómo las víctimas lograron acceder al tren de aterrizaje y evitar ser detectadas hasta el aterrizaje.
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